Alfombra roja: Yuriko Koike

Pablo Colomer
 |  9 de septiembre de 2016

“Hillary ha usado la palabra ‘techo de cristal’… Pero en Japón el techo no es de cristal, está hecho de hierro”.

 

Con 64 años y desafiando al Partido Liberal Demócrata (PLD), su partido, Yuriko Koike se convirtió el 31 de julio en la primera gobernadora de Tokio, una de las 47 prefecturas de Japón. En un país donde solo el 9,3% de los parlamentarios son mujeres, que una haya llegado al que se considera el segundo cargo político más importante del país, después del de primer ministro, es todo un acontecimiento. El PIB del distrito capitalino –1,5 billones de dólares– sitúa a la región entre las doce mayores economías del mundo.

 

mujeres parlamento

 

Koike estuvo a punto de convertirse en primera ministra en 2008. Antes había sido la primera japonesa en hacerse con el cargo de ministra de Defensa, aunque solo durante 54 días. Formaba parte del primer gobierno de Shinzo Abe, quien en estos momentos vuelve a desempeñar el cargo. Koike dimitió entonces por desavenencias con el jefe de gabinete y no tardó en postularse para liderar el PLD, pero fue derrotada por Taro Aso, quien acabó sustituyendo a Abe.

En el Parlamento desde 1993, Koike es una veterana de la política japonesa que tiene fama de no casarse con nadie. Su recorrido por varios partidos antes de asentarse en el PLD le ganó el apodo de la Sra. Kaitenzushi, como los locales con una banda transportadora con numerosos platos de sushi que proliferan por Japón. Su última pirueta ha sido postularse al cargo de gobernadora enfrentándose al candidato del PLD, el Hiroya Mashuda, al que aventajó en más de un millón de votos.

Koike ha prometido recuperar la confianza de los más de 13 millones de tokiotas mediante una política por encima de las luchas partidistas y, sobre todo, libre de escándalos. Los dos últimos gobernadores de la región tuvieron que dimitir por cuestiones relacionadas con la corrupción. Uno de sus principales desafíos será la organización de los Juegos Olímpicos de 2020, a celebrar en la capital nipona. Luchar contra los sobrecostes tan asociados a los JJOO será una de sus prioridades.

 

JJOO_costes

 

Coincidencias de la vida, a los pocos días de su elección Japón tenía por segunda vez en su historia a una mujer al frente del ministerio de Defensa, de nuevo bajo el gobierno de Abe. Se trata de Tomomi Inada, tildada de “ultraconservadora” por su postura hacia China. Más coincidencias: Koiko tampoco se libra de una etiqueta parecida a causa de sus posturas en ese terreno. Aparte de su defensa de una línea dura hacia el gran vecino y rival histórico, Koiko es de los pocos políticos nipones que aboga abiertamente porque Japón se haga con un arsenal de armas nucleares, al tiempo que defiende el historial del país durante la Segunda Guerra mundial, que Japón habría luchado para liberar al continente asiático del colonialismo occidental.

Con independencia de su perfil de halcón, el hecho de que las mujeres martilleen la chapa de hierro que hace de barrera de género en Japón es una buena noticia. Durante la campaña electoral, uno de sus predecesores, Shintaro Ishihara, dijo que la capital no debía ser gobernada por “una mujer con demasiado maquillaje encima”. Como explicaba Georgina Higueras, allá por 2009, en este artículo de Política Exterior, “de la ciega obediencia al hombre a impulsoras del cambio, las japonesas continúan su batalla por un espacio legal, político, económico y social recientemente conquistado, más allá de su papel secular como responsables de la transmisión de los valores tradicionales”.

Alfombra roja, pues, para la dama contra el hierro.

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