Cuando la imagen satelital es la noticia

Myriam Redondo
 |  11 de julio de 2014

La fotografía que acompaña este texto prueba una matanza perpetrada en Irak. Por sí solas incriminan o revelan, explican o confirman: las imágenes obtenidas por satélite se asientan como recurso esencial en el periodismo internacional.

Al inicio de su campaña de terror, el Ejército Islámico (EI) anunció en Twitter la ejecución de 1.700 soldados chiíes. Tras un pormenorizado análisis a partir de los datos que ofrecían, Human Rights Watch (HRW) localizó las fosas comunes que demostraban la masacre. Estaban en el Palacio del Agua de Tikrit, antigua posesión de Sadam Hussein junto al Tigris. Aunque no permite precisar el número de víctimas, la investigación sí deja claro que hubo ejecuciones. Por eso tuvo amplia difusión.

También con imágenes satelitales documentó HRW en 2013 la destrucción de pueblos enteros en Darfur. Es un recurso ya habitual entre las ONG. Satellite sentinel, iniciativa de la Universidad de Harvard, lleva años analizando imágenes por satélite para exponer crímenes contra la humanidad. Y la importancia que da Amnistía Internacional a las imágenes satelitales se observa en la cuenta de Twitter de Christoph Koettl, miembro de su sección de respuestas a emergencias. Quizá la fotografía más impactante aportada por esta ONG fue la que reflejaba el antes y después de la guerra en varios barrios de Alepo (Siria) que las fuerzas de Bachar el Asad arrasaron.

En los conflictos armados, el periodismo satelital comenzó encontrando problemas: durante la guerra de Afganistán (2001), un Estados Unidos suspicaz compró todas las fotografías de la zona a la empresa Space Imaging para evitar su difusión. Sin embargo, con la relajación de la normativa en este campo, las imágenes satelitales se han hecho moneda corriente. Las ONG potencian con ellas su acción humanitaria y también la informativa, al encontrar unos medios ávidos de productos visuales y no de notas de prensa. Distribuyen estas imágenes para mostrar aspectos como: reparaciones o construcciones en zonas sensibles que pueden anunciar movimiento militar, patrones irregulares de terreno indicando fosas comunes, daños en zonas urbanas específicas como prueba de acciones discriminadas, actividad inusual en torno a bases militares, flujos de refugiados, confirmación de éxitos de un Ejército, empleo de armamento y efectos de su uso.

 

GIS y periodismo

Procesadas a través de los llamados Sistemas de Información Geográfica (GIS son sus siglas en inglés), las imágenes obtenidas por los sensores de los satélites se combinan con análisis espaciales, georeferenciados, de grandes conjuntos de datos. Ello permite observar patrones, tendencias, relaciones o causas antes ocultas. En definitiva, los GIS ofrecen mapas e imágenes, pero mapas e imágenes que cuentan cosas.

Inicialmente inasequibles, complejos y solo al alcance de ejército y élites políticas, con el avance de las nuevas tecnologías los GIS se abrieron al mercado comercial y empezaron a llegar al usuario. Aunque los programas más sofisticados siguen siendo muy caros (ArcMap), ahora hay en línea software gratuito (como Grass o QGIS) que ha democratizado su uso. Algunos expertos se niegan a llamar a aplicaciones como Google Maps un GIS (dicen que es como comparar un interruptor de la luz con la ingeniería que lleva la electricidad hasta ese hogar), pero lo cierto es que las imágenes de alta resolución que proporciona Google Earth (nació en 2005) sí permiten ya análisis y trabajos periodísticos de gran calidad. A través de esta herramienta se descubrieron recientemente prácticas prohibidas de sobrepesca por parte de Irán.

Hay ejemplos del recurso a los GIS en periodismo desde la década de los noventa, cuando empezaron a utilizarse para visualizar datos demográficos y efectos de catástrofes naturales. Su golpe de mano llegó con la cobertura del Miami Herald ante el huracán Andrew (1992): el reportero Steve Doig ganó el Premio Pulitzer al demostrar que la normativa de edificación no se había respetado en algunas zonas, dado que edificios más cercanos al epicentro se mantuvieron en pie. En España, El País fue el primer medio en dedicarle su portada a una imagen satelital (2005), a raíz del huracán Rita.

El uso «climático» de imágenes satelitales que era tan habitual en los orígenes hace que a veces se hable de las ONG o medios que las distribuyen como «meteorólogos humanitarios», pero hay otros campos informativos de aplicación. El Investigative Reporters and Editors (IRE) y el National Institute for Computer Assisted Reporting (NICAR), ambos en EE UU, son quizá los dos centros que más han impulsado históricamente el uso de los GIS, sobre todo para el periodismo de investigación y de datos. Con impulsos como estas entidades se fueron sucediendo  poco a poco los ejemplos.

Tras los ataques del 11-S (2001), las compañías Space Imaging y SPOT Image facilitaron fotografías en alta resolución de la zona cero obtenidas por satélite. Hubo imágenes de este tipo tras el estudio que reveló el escándalo de los gastos parlamentarios en Reino Unido (2009) y tras algunas de las informaciones más impactantes de Wikileaks (2010); fueron importantes en la primavera árabe (2011);  y figuran como fuente esencial en uno de los proyectos periodísticos más alabados de los últimos años: Snowfall (2012). Este ejercicio multimedia de The New York Times, también Premio Pulitzer, muestra con un despliegue muy rupturista cómo ocurrió una avalancha de nieve en Tunnel Creek (Seattle).

En un reciente congreso digital organizado por el Tow Center for Digital Journalism (Universidad de Columbia), el responsable de la respetada web de investigación Propublica anunció que ofrecerían este mismo verano ejemplos importantes de periodismo basado en imágenes satelitales.

Richard Bedford ha estudiado a fondo este recurso en medios de comunicación. Su sitio web informa de cómo extraer noticias a partir de datos GIS, por qué un periodista debería usar GIS o dónde obtener formación en GIS.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *