Guerra, secesión y minerales de sangre en los Grandes Lagos

 |  28 de noviembre de 2012

 

El 28 de noviembre de 2012 se cumple un año de la victoria de Joseph Kabila en las presidenciales de la República Democrática del Congo (RDC). Kabila obtuvo el 49% de los votos; su principal rival, Étienne Tshisekedi, el 32%. La misión de estabilización de la ONU en el país (Monusco) y The Carter Center señalaron irregularidades en el proceso electoral. Los analistas temían las consecuencias en las provincias orientales de Kivu Norte y Kivu Sur, en cuyas poblaciones existe un descontento general con Kabila.

Un año después, el 20 de noviembre de 2012, un grupo rebelde llamado M23 –formado por unos 1.500 solados, según estimaciones– tomaba la ciudad de Goma, en Kivu Norte, de un millón de habitantes. Su objetivo oficial es liberar la RDC del régimen corrupto de Kinshasa, capital del país. Entre sus objetivos más a corto plazo quizá esté el de declarar la independencia de Kivu Norte.

El Consejo de Seguridad de la ONU tiene informes que prueban que este grupo tiene el respaldo de las autoridades ruandesas. Sus líderes son tutsis, la misma etnia de la que procede del presidente de Ruanda, Paul Kagame. ¿Qué busca Kagame? Ruanda, Burundi y Uganda tienen una larga historia de implicación con las provincias orientales, ricas en estaño, tántalo, tungsteno y oro. Son los llamados “minerales de sangre”, usados en ordenadores y teléfonos inteligentes, entre otros dispositivos de alta tecnología. Los minerales se extraen en minas militarizadas, transitan a través de Ruanda y desde ahí son exportados al resto del mundo.

Desde el fin de la ocupación de la RDC entre 1998 y 2002 y la consiguiente unificación del país –que culmina con la elección como presidente en 2006 de Kabila– los vecinos de la RDC, y Ruanda en particular, han continuado ejerciendo una influencia significativa en los Kivus. La ineptitud del ejército congoleño, mal equipado y cada vez más dividido, facilita la injerencia. Sus jefes se ven sistemáticamente envueltos en fraudes y explotación ilegal de recursos naturales, que les llevan a colaborar a menudo con el enemigo. Desde hace tiempo, líderes rebeldes extranjeros han establecido fuertes vínculos con grupos armados congoleños contrarios a Kabila, cuya legitimidad cuestionan.

“La balcanización del Congo, antes una idea blasfema, es hoy una realidad en los Kivus”, afirmaba Steven Hege en Política Exterior 144, noviembre-diciembre de 2011. Hege recordaba las palabras de la población local: “Este país es demasiado grande”. “Tras décadas con Mobutu en el poder –afirma Hege–, los habitantes de los Kivus se sienten engañados por Kabila y empiezan a afirmar que ‘Kinshasa está demasiado alejada, necesitamos tomar decisiones a nivel local’”.

Mientras tanto, la misión de estabilización de la ONU, cuyo objetivo es contener la violencia de los grupos armados, se ha reducido considerablemente en los últimos años, debido en parte a la presión del gobierno de Kabila. La Monusco no ha tenido la influencia política esperada y sus recursos humanos siguen siendo muy escasos. La misión cuenta con 19.000 efectivos uniformados, 17.000 de los cuales son militares y el resto, policías y observadores. A ellos se suman unos 1.000 civiles internacionales y 3.000 civiles locales. En total, 23.000 efectivos para asegurar la estabilidad en un país del tamaño de Europa occidental.

 

Para más información:

Steven Hege, «Elecciones y estabilidad en los Grandes Lagos». Política Exterior 144, noviembre-diciembre 2011.

Gemma Parellada, «La claves del conflicto en el este de Congo». El País, noviembre 2012.

The Economist, «Congo’s eastern crisis: Fraying round the edges». Artículo, noviembre 2012.

The International Crisis Group, «Eastern Congo: Why Stabilisation Failed». Informe, octubre 2012.

 

1 comentario en “Guerra, secesión y minerales de sangre en los Grandes Lagos

  1. […] común; por otro, la ausencia de una ley sobre la titularidad de la tierra, que propicia el comercio ilegal de los recursos y la lucha por el control de los mismos. Además, los países vecinos se benefician de este […]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *