La colonización mafiosa

 |  4 de octubre de 2010

Octubre trae una buena camada de libros cuyo objetivo es radiografiar la realidad más elusiva y menos confortante. Entre ellos destaca una obra que advierte a los incautos sobre la extensión global de un fenómeno como el de las mafias italianas. “De Locri a La Paz, de Crotone a Siegburg, de Oppido Mamertina a Melbourne, de Reggio di Calabria a Palma de Mallorca”, apunta Salvo Palazzolo en La Repubblica. “Hay cada vez más Calabria y menos Sicilia en el made in Italy mafioso que ha invadido el mundo. Un atlas diseñado por la ‘Ndrangheta y ahora descrito en un libro del expresidente de la comisión antimafia italiana”.

 

colonización mafiosa

Mafia export. Cómo la ‘Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra han colonizado el mundo, de Francesco Forgione. Editorial Anagrama. Barcelona, 2010. 382 pág. 22,60 euros.

 

Francesco Forgione nos propone en Mafia export un viaje internacional donde acompañamos a las familias del crimen italiano, desde Sudamérica hasta Sudáfrica, pasando por España y Alemania, en sus negocios planetarios. La facturación media anual de las tres mafias que protagonizan el libro alcanza los 130.000 millones de euros y un beneficio utilizable de entre 70.000 y 80.000 millones: representan uno de los principales holdings económico-financieros criminales del mundo. Estas mafias registran potencialmente un volumen de negocio superior a la suma del PIB de nada menos que tres países europeos: Eslovenia, Estonia y Croacia, y con un beneficio anual que se acerca al PIB de un país que ha experimentado un rápido crecimiento como Rumania.

Esta cartografía completa de la colonización de las mafias italianas (el libro incluye 16 mapas que apuntan una ubicuidad peligrosa de estas redes, a los que hay que sumar otros seis mapas con las rutas del tráfico de drogas) nos permite vislumbrar lo que Forgione, ex presidente de la comisión parlamentaria antimafia italiana, denomina la “globalización oculta”, una “economía canalla” que envenena al mundo más de lo que podemos imaginar.

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