AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 55

“Jungla” de Calais, 2016./C.H..

Hacia la ‘Ciudad Acogedora’

Cyrille Hanappe
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La arquitectura de la acogida de refugiados requiere un enfoque que aúne movilidad, dignidad y respeto, pero también ecología, rapidez de instalación y reciclaje de la construcción.

Ahora que el presidente de la República francesa ha anunciado su voluntad de que, a finales de 2017, ningún inmigrante duerma en la calle y que se están diseñando nuevos tipos de centros, es el momento de abordar el tema de la estructura de la acogida con una visión global y a largo plazo para no volver a encontrarnos con el escollo de reflexionar en medio de la urgencia y de la precipitación: la llegada de un gran número de personas a ciudades de todo el mundo en una proporción que supera su capacidad de absorción clásica plantea preguntas sobre la forma, el urbanismo y la estructura de esta capacidad.

Aunque la espacialización de la acogida solo constituye uno de los elementos de unas políticas que tienen que ser mucho más globales, debe definirse con precisión porque responde a unas lógicas técnicas e inmobiliarias muy diferentes de los enfoques constructivos clásicos.

La arquitectura de la acogida exige una gran rapidez en su modo de producción, pero también requiere una reflexión a largo plazo y debe enmarcarse en unas políticas urbanas globales: estos lugares habitacionales van más allá de la lógica de los campos y se integran en las ciudades y en los barrios que los rodean y, a menudo, perduran en ellos mucho más tiempo de lo que la lógica de la urgencia da a entender al principio. Estos lugares habitacionales presentan la particularidad de que requieren una mayor reflexión acerca de su transformación posterior que en el caso de otros lugares, debido a su propia finalidad y a que no encajan dentro de la lógica inmobiliaria clásica. Reflexionar sobre la acogida es…

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