AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 56

Lord Arthur Balfour visita Jerusalén el 9 de abril de 1925. En esos días, los residentes árabes estaban en huelga para protestar contra la Declaración de Balfour./Topical Press Agency/Hulton Archive/Getty Images

Cien años después de la Declaración de Balfour

La asociación entre colonialismo imperial y colonialismo de asentamientos hace que la partición resulte imposible, ya que el único objetivo de éste es conquistar y sustituir.
Kawthar Guediri
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“[…] me imagino que eso significa que los mahometanos y los cristianos deberán dejar su lugar a los judíos y que los judíos accederán a todos los puestos con preferencia; que se asociarán a Palestina de la misma manera que asociamos Inglaterra a los ingleses o Francia a los franceses; que los turcos y otros mahometanos en Palestina serán considerados extranjeros, de la misma forma que los judíos serán vistos como extranjeros en todas partes salvo en Palestina. Puede que incluso solo se debería garantizar la ciudadanía después de una prueba religiosa”.

Cuando Edwin Samuel Montagu, secretario de Estado para India, escribió su memorándum sobre “El antisemitismo de nuestro gobierno actual” (23 de agosto de 1917) a propósito de la Declaración de Balfour, mostró una clarividencia que sigue de actualidad 100 años más tarde. No es el único. En una carta dirigida a sus padres, la analista política y espía británica, Gertrude Bell, afirmaba: “Es como una pesadilla en la que podemos ver todos los horribles acontecimientos venideros sin poder alargar la mano para impedirlos”.

Sin embargo, las advertencias y las oposiciones no impedirían que el gobierno británico enviase la declaración, escrita por el ministro de Asuntos Exteriores, Lord Arthur James Balfour, a Lord Lionel Walter Rothschild el 2 de noviembre de 1917.

En pocas líneas, Gran Bretaña se atribuía Palestina para situar en ella al “pueblo judío”, o más bien al movimiento sionista, al que consideraba útil en la defensa de sus intereses: “El gobierno de Su Majestad se plantea favorablemente el establecimiento en Palestina de un Hogar nacional para el pueblo judío y dedicará todos sus esfuerzos a facilitar el cumplimiento de este objetivo, conviniendo claramente que nada se hará que pueda vulnerar tanto los derechos civiles y religiosos de las colectividades no judías que existen en Palestina,…

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