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Economía mexicana, perspectivas

Luz María de la Mora
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México ha sorteado el contexto económico global de mucha mejor manera que sus vecinos en América del Sur, como consecuencia de las reformas estructurales aprobadas por el Congreso en 2013 y 2014, sus fundamentos macroeconómicos y su política de apertura comercial.

De acuerdo a las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el panorama para la economía mundial en 2016 es de un crecimiento cercano al 3,2 por cien; pero las perspectivas para América Latina y el Caribe (ALC) son de una probable contracción del -0,5 por cien para 2016 tras una disminución de un -0,1 en 2015. La desaceleración de la economía china que transita hacia un modelo basado en el consumo interno, la caída de los precios internacionales de las materias primas, incluido el petróleo, la falta de diversificación productiva, así como la contracción de los flujos de ahorro e inversión extranjera, por nombrar algunos factores clave, explican esta caída en la actividad económica de ALC. Ello ha resultado en que las exportaciones de la región en 2015 decrecieron un siete por cien y en 2014 los flujos de inversión extranjera directa (IED) se contrajeron un -16 por cien y la IED de la región hacia el exterior un 12 por cien. Así, las tasas de crecimiento del cinco por cien que registró la región a mediados de la década de 2000 no se vislumbran en el futuro cercano: la región se encuentra sumergida en una nueva crisis y su recuperación solo se prevé hacia 2017, con un modesto crecimiento del PIB del 1,5 por cien.

Aunque la región en su conjunto afronta un periodo de recesión, no todos los países se están viendo afectados de la misma forma. En los años de crecimiento de principios del milenio, los países de América del Sur experimentaron la “comoditización” de sus…

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