POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 175

El Parlamento boliviano, uno de los que cuenta con más mujeres (53,1%) en todo el mundo, durante una sesión en 2013. GETTY

América Latina y la democracia paritaria

La inclusión de la paridad representativa en las leyes y en las constituciones de algunos países latinoamericanos ha producido avances innegables en los derechos de las mujeres en la región. La igualdad tiene el potencial de actuar como eje de regeneración de las democracias.
Irune Aguirrezabal
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“Lo que no se nombra, no existe”, afirma María Ángeles Durán. Por eso, al dar nombre a la democracia paritaria estamos dando un paso importante, ya que, bajo el paradigma de la democracia, y con el adjetivo paritaria, hacemos de la libertad e igualdad para todos y todas, un requisito sine qua non de la democracia. Frente al actual cuestionamiento de las democracias representativas por cualquiera de los populismos de extremos que resurgen hoy día en el mundo, el concepto de “democracia paritaria” abre la puerta a una propuesta para la regeneración de la democracia. Esta propuesta se concreta en la norma marco para consolidar la democracia paritaria, (lo que en Europa se podría asimilar a una directiva europea) elaborada con apoyo de ONU Mujeres en América Latina, tras un proceso de análisis y consultas con representantes de la academia y parlamentos, y adoptada por el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino) el 28 de noviembre de 2015.

¿Qué significa democracia paritaria? La norma marco del Parlatino denomina “democracia paritaria” al modelo de democracia en el que la paridad y la igualdad sustantiva encarnan los dos ejes vertebradores del Estado inclusivo, como también de los partidos políticos, que aspiran a gobernar y gestionar las instituciones del Estado. Un modelo de democracia basado en la paridad, como mecanismo de toma de decisiones legítimo, justo y necesario, además de inteligente, y en un nuevo pacto social para el logro de la igualdad sustantiva entre los géneros y el empoderamiento de hombres y mujeres por igual, que afiance un reequilibrio en las responsabilidades entre hombres y mujeres en todas las dimensiones de la vida, en la gobernanza, en la economía, en el acceso a recursos y oportunidades, en disfrute de libertades y de seguridad, así como en la valoración y el reconocimiento.

Si bien…

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