POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 143

Droga y violencia: más allá de la corrección política

Francisco E. Thoumi
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La relación entre drogas y violencia no es de causa y efecto. La brecha entre la ley formal y las normas sociales es el factor necesario que explica la brutalidad de la ‘narcoviolencia’ en Colombia y México, donde ha habido muchas batallas ganadas y una guerra perdida.

No hay duda de que Colombia y México han padecido durante los últimos años fenómenos de violencia muy graves asociados al mercado de las drogas ilegales. Tampoco hay duda de que después de 40 años de declarada, no se ve un final a la “guerra contra las drogas”. Las políticas prohibicionistas y la mano dura no han resuelto “el problema de las drogas”, lo cual ha generado clamores para abrir el debate sobre las políticas con el fin de lograr cambios. Desafortunadamente, los problemas de Colombia y México con las drogas ilegales no se pueden resolver mediante políticas tradicionales sin hacer reformas sustanciales internas en ambas sociedades. Esto no significa, sin embargo, que las políticas actuales de combate contra las drogas sean efectivas o que no deban modificarse sustancialmente.

 

Anomalías no explicadas

Es lugar común afirmar que la alta rentabilidad de la cocaína y la heroína son la causa de que estas drogas se produzcan ilegalmente. Desde luego, si no hubiera demanda ilegal, no habría una oferta ilegal. Sin embargo, la altísima rentabilidad de estas drogas contradice un hecho clave: la gran mayoría de países que pueden cultivar coca y adormidera y refinar cocaína y heroína no lo hacen. Ninguna teoría de comercio internacional explica por qué Colombia tiene mucha más competencia en los mercados internacionales de café, bananas, flores, confecciones y otros productos que en cocaína, siendo tan rentable.

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