POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 119

Hamás y el islamismo político

Mariano Aguirre
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La rebelión del grupo Fatah al Islam en Líbano en mayo, la toma de Gaza por el grupo Hamás en junio y el encierro de los clérigos islamistas en el complejo religioso de Lal Masjid, en Islamabad, que terminó con la intervención militar ordenada por el presidente pakistaní, Pervez Musharraf, en julio, han mostrado la fuerza del islamismo radical.

En el primer caso, un grupo desconocido hasta entonces aprovechó las inhumanas condiciones de un campo de refugiados palestino en Líbano para lanzar una rebelión que debilitase al frágil gobierno dirigido por Fuad Siniora. En el segundo, Hamás inició una ofensiva militar para ejercer el control de Gaza y Cisjordania que la comunidad internacional le había negado, pese a su victoria en las elecciones de enero de 2006. En el caso de Pakistán, los islamistas radicales habían lanzado una escalada meses antes, utilizando masivamente a mujeres en algunos casos, con el objetivo de provocar la respuesta represiva de Musharraf y así lograr la ruptura de su coalición con grupos religiosos y promover un levantamiento en Pakistán.

Dos cuestiones son de particular interés en el caso pakistaní: el complejo religioso de Lal Masjid ha sido en los últimos 40 años un centro de promoción de yihadistas que desempeñó un papel fundamental en la formación de “luchadores por la libertad” que, financiados por Estados Unidos y apoyados por el gobierno de Pakistán, libraron en los años ochenta la guerra contra la Unión Soviética en Afganistán. Los hermanos Ghazi, líderes de Lal Masjid, estuvieron protegidos por el poderoso servicio de inteligencia pakistaní durante muchos años. Pero sobrepasaron la tolerancia de Musharraf al exigir el cambio del sistema legal para imponer la sharia o ley islámica.

Se trata de tres expresiones de un fenómeno político-religioso con el que el sistema internacional y las sociedades de…

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