POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 180

Donald Trump en la Casa Blanca (Washington DC, 28 de agosto de 2017). GETTY

Reflexiones sobre un gran fracaso

El antiguo baluarte de la democracia occidental, Estados Unidos, necesita con urgencia la ayuda europea. El país no puede corregir por sí solo el error de la presidencia de Donald Trump.
Norman Birnbaum
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La política exterior de Estados Unidos no es discernible de su política interior y, en efecto, constituye a menudo un elemento fundamental de nuestros procesos políticos. Las elecciones presidencial y legislativa, la toma de decisiones presupuestarias que afectan a toda la economía o los conceptos culturales que modelan nuestra cotidianidad son diseñados y rediseñados con argumentos de política exterior. El escenario de la política exterior ha sido testigo de la usurpación de poder por parte de los presidentes –en flagrante incumplimiento de la Constitución–, de la proliferación de agencias gubernamentales que atacan sin descanso nuestras libertades y de la indignante brutalización de la psique nacional. La invención sistemática de falsedades se ha convertido en un indispensable instrumento de gobierno. Una ciudadanía enormemente ignorante de la historia de su propio país y de la de los demás, que se conforma con cantar al viento un eslogan enteramente ficticio y que afirma que EEUU es “la mejor nación del mundo” (The Greatest Nation on Earth). Nuestras élites universitarias y un gran número de confesiones son tan responsables de esta situación como el más cínico y amoral de los políticos.

La elección de Donald Trump –un hombre ignorante, racista y misógino; un delincuente financiero aquejado de extremados trastornos de personalidad– inflige al mundo un gran daño, pues exacerba la posibilidad del caos y la guerra. Trump recibiría con los brazos abiertos el conflicto bélico contra Irán, Corea del Norte o Venezuela, pues le permitiría reprimir políticamente y satisfaría las fantasías de poder de su propio electorado. El 41 % del censo estadounidense no acudió a votar en unas elecciones en que Trump perdió el voto por más de dos millones de sufragios. Pudo acceder al cargo, empero, en virtud de un sistema electoral creado originalmente para proteger la esclavitud en algunos de…

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