POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 148

Socios inseparables: España y el euro

Editorial
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La Unión Europea ha sido protagonista de la reunión del G-20 en México y el trasfondo de las discusiones de la Cumbre Río+20 sobre Desarrollo Sostenible. Ya sea en la reforma de la gobernanza mundial o en la transformación “verde” que necesita la economía, la participación de los europeos es indispensable, y mientras la UE siga atrapada en la crisis del euro no habrá recursos ni impulso en cuestiones como la regulación financiera internacional, la lucha contra la probreza o el cambio climático.

En el centro de los problemas de la UE está hoy España. El Estado español ha recibido de sus socios europeos una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para sanear su sistema financiero. Por el momento, los detalles del préstamo no son conocidos. Ni los plazos ni el tipo de interés, tampoco el modo de contabilizar el propio préstamo, aunque algo es cierto: la responsabilidad final será siempre del Estado español. Los tratados de la Unión Europea no permiten evitar la asignación de la deuda.

España no tenía otra salida. Las auditorías contratadas por el Estado pondrán luz sobre las necesidades de una parte del sistema bancario. Pero no hace falta disponer de esos resultados para tener una impresión general del problema. Los españoles medianamente informados temían que las facilidades dadas por la banca en general y las cajas de ahorro en particular hubieran llevado su endeudamiento a extremos insoportables. Particularmente, repetimos, el de las cajas de ahorros. Hemos visto cómo muchas de ellas han caído en el desprestigio, quizá en el fraude. Los nombramientos políticos no son ajenos al problema. La situación de la banca no es comparable al desorden de las cajas. Los bancos grandes y medianos parecen haber respetado sus sistemas de autocontrol, además de plegarse al control del supervisor.

Desde…

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