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Amenazas y oportunidades para un recurso clave

Victoria Flamant y Mateo Ambrosio-Albala
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Según un estudio auspiciado por la OMS la ratio coste-beneficio de las inversiones en agua y saneamiento es de al menos 2,0 y de 5,5, respectivamente. Estos retornos abren la puerta a fuentes de financiación como fondos de inversión con impacto en desarrollo y fondos de pensiones. 

El agua es un recurso fundamental para la actividad humana. Según el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP, por sus siglas en inglés) en torno a un 70 por cien del agua dulce en el mundo se utiliza para la agricultura, el 22 para la industria y el resto para uso doméstico. En la actualidad, un 50 por cien de los alimentos a escala global provienen de zonas de regadío. La mayor parte del agua para usos industriales se destina a la generación de energía. La hidroelectricidad y muchos sistemas de generación de energía solar requieren agua. La biodiversidad y los servicios provistos por los ecosistemas se nutren de, y a su vez son críticos para, la conservación de los acuíferos.

La gestión sostenible del agua es un factor crucial para el desarrollo social y la lucha contra la pobreza. El acceso a agua potable y a saneamiento es esencial para que cualquier hogar disponga de condiciones dignas para vivir. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015 propusieron reducir a la mitad la población sin acceso a agua potable y saneamiento, partiendo de los niveles de 1992. El objetivo se conseguirá para el acceso a agua potable, pero los avances en saneamiento son insuficientes. Hasta hoy, se estima que del orden de 2.540 millones de personas viven sin acceso a saneamiento y para 2015, 780 millones de personas en el mundo seguirán sin disponer de agua potable para cubrir sus necesidades básicas. Este deficiente acceso a agua potable…

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