Macri ajusta su calendario de promesas

Mario D. Serrafero
 |  31 de agosto de 2016

Han pasado más de ocho meses de gobierno de Mauricio Macri en Argentina y el balance presenta puntos positivos y negativos. Macri tuvo una pesada herencia por parte del kirchnerismo, pero nunca se presentó un informe detallado sobre la situación del Estado y el país cuando asumió la presidencia. Los tres grandes objetivos y compromisos del presidente fueron: primero, pobreza cero; segundo, lucha contra el narcotráfico; y tercero, unir a los argentinos. No es tiempo aún para evaluar estos puntos, baste decir que el primero es de cumplimiento imposible, pues en ningún lugar de la tierra parece factible. En una entrevista reciente, Macri llevó a cabo un suerte de rectificación: dijo que su presidencia sería un fracaso si al final no hubiera menos pobres que cuando comenzó su mandato.

Entre las cuestiones positivas debe computarse la salida del cepo cambiario (medidas oficiales, restrictivas, con el fin de evitar la compra de dólares), que había sido perjudicial para la economía argentina y que había tenido efecto contrario al buscado. Durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, las reservas del Banco Central continuaron mermando a pesar del “cepo”. El acuerdo con los tenedores de deuda argentina (holdouts) fue celebrado por el gobierno pues, supuestamente, liberaría las trabas para el ingreso de inversiones del exterior. La otra medida adaptada en un principio fue la quita de las retenciones al campo, lo que produjo un reavivamiento del sector que resultó positivo para la maltrecha economía y la necesidad imperiosa del ingreso de divisas. Otra medida necesaria e implementada fue la reorganización del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), intervenido en 2007 y que desde entonces ofrecía datos económicos y sociales que distaban demasiado de la realidad.

La diversificación de la política exterior fue también positiva y vino acompañada de una agenda internacional de puertas abiertas. Argentina dejó de militar en el eje bolivariano, se acercó a Europa y propuso un cambio hacia unas relaciones maduras con Estados Unidos. Este viraje se está llevando a cabo sin descuidar las relaciones con países como Rusia y China, con los que el gobierno anterior tenía aceitadas relaciones. En lo regional, además de la responsabilidad del país en Mercosur, Argentina ingresó como país observador de la Alianza del Pacífico, integrada por México, Chile, Colombia y Perú.

También ha significado una mejora la apertura al diálogo de la nueva administración. El cambio de aire político es evidente. El presidente conversa con la prensa, se realizan reuniones de gabinete y existe un intercambio de ideas entre las fuerzas políticas que suele reflejarse en la legislación que se aprueba en el Congreso. Se trata de novedades significativas teniendo en cuenta las prácticas de los doce años de kirchnerismo.

 

Sombras del gobierno de Macri

Entre los aspectos negativos o cuestionables del gobierno de Macri, cabe señalar el intento de nombramiento de forma unilateral de dos cargos en la Corte Suprema de Justicia. La designación por decreto era inconstitucional, aunque Macri se amparara en el artículo 99 de la Constitución, que permite designación en comisión mientras el Congreso está en receso. La reacción del arco político y de sectores de la sociedad fue significativa y el presidente tuvo que dar marcha atrás, paralizando la designación de los dos jueces. Meses después, los dos candidatos fueron ratificados por el Senado, cumpliendo el procedimiento prescrito por la Constitución. En los primeros tres meses, Macri gobernó por decreto al no convocar a sesiones extraordinarias del Congreso. El Legislativo abrió sus puertas el 1 de marzo.

Otra de las medidas que generó un deterioro de la popularidad de la administración de Macri fue el aumento de las tarifas de gas, luz y agua. En relación con el gas, una parte de los usuarios recibió facturas con aumentos de hasta el 1.000%, incluso superiores. La medida, decidida por el ministerio de Energía y avalada por el presidente, se tomó con el rechazo de la oposición política y, fundamentalmente, de la ciudadanía. Aunque los ciudadanos reconocían que las tarifas estaban muy atrasadas, el modo en que se dispuso el aumento ocasionó gran protesta social. Frente a salarios que se incrementaron el 30-35%, los elevados aumentos de las tarifas se consideraron irracionales. Y, fundamentalmente, el gobierno eludió el paso de las audiencias públicas requeridas por la ley ante este tipo de modificaciones. Los recursos de amparo presentados dio lugar a que los jueces suspendieran el pago de las tarifas. El asunto llegó hasta la Corte Suprema de Justicia, y la sentencia dictada el 18 de agosto anuló los aumentos para los usuarios particulares o residenciales y ordenó al gobierno llevar a cabo las audiencias públicas que señala la ley. Fue un importante revés para el gobierno.

La gobernabilidad del sistema político era un punto de preocupación, pues Macri no cuenta con mayoría parlamentaria y gran parte de las provincias está en manos peronistas. No obstante, ha podido obtener apoyo parlamentario para las principales leyes en virtud de la división del peronismo producida tras la derrota electoral. En la Cámara de Diputados ha obtenido el apoyo del Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, y de un sector peronista desgajado del kirchnerista Frente para la Victoria. En el Senado, el jefe de la bancada peronista, Miguel Pichetto, ha mostrado una cooperación con el nuevo gobierno que ha permitido la aprobación de leyes presentadas por el ejecutivo. Esta actitud cooperativa del Senado se debe en parte a la transferencia de fondos a los gobiernos provinciales de los cuales dependen en cierta medida los senadores. Otro sector político relacionado con la gobernabilidad es el sindicalismo. Macri ha logrado suavizar sus relaciones y ha devuelto a los gremios dinero adeudado en relación con las obras sociales. El sindicalismo estaba dividido en la época del kirchnerismo en tres sectores que el gobierno actual intenta unificar. El sindicalismo se acercará o distanciará del oficialismo según sea la evolución de la situación social.

Contra lo que podía esperarse del gobierno de Macri, la economía viene siendo uno de los puntos más difíciles de transitar. El ejecutivo lanzó la expectativa de mejora en el segundo semestre de 2016, cuando se produciría una bajada de la inflación y el ingreso de capitales para reactivar la economía argentina. Lejos de ello, la inflación, que se había disparado en el primer semestre, continúa alta y las inversiones del exterior todavía no han llegado. La falta de habilidad en el asunto del aumento de tarifas ha sido una de las causas para que la inflación no se redujera lo suficiente. Esta situación económica tiene su reflejo en lo social, con el aumento del número de pobres y la bajada del consumo.

 

Problemas en la oposición

El otro escenario por donde transita la política argentina son los tribunales. La plana mayor del exgobierno kirchnerista está siendo procesada por distintos delitos relacionados con casos corrupción. Las imágenes de un exsecretario de Obras Públicas ingresando bolsos con más de nueve millones de dólares en un convento han recorrido el mundo. La justicia federal está en la palestra. Mientras gobernaba el kirchnerismo los jueces cerraban tempranamente las causas que comprometían a funcionarios, o bien las hacían dormir en los cajones. Ahora dictan procesamientos de forma acelerada. Incluso la expresidenta Fernández es citada por varias causas.

La oposición se encuentra desarticulada debido a que el peronismo aún no ha decidido su liderazgo. Gran parte de sus filas políticas resisten la figura de Fernández y piensan que su tiempo político se agotó. Pero queda un núcleo duro kirchnerista que apuesta al regreso de la expresidenta, quien ha hecho algunas reapariciones en la escena política interpretadas como actos de campaña. La oposición al gobierno se completa con agrupaciones de izquierda. El oficialismo tiene en el PRO el núcleo gobernante, y el radicalismo acompaña en numerosos puestos institucionales. La Coalición Cívica, con el liderazgo de Elisa Carrió, si bien integra el espacio político oficialista, es sumamente crítica con varias medidas del gobierno, desde el nombramiento de jueces por decreto hasta la gestión e improvisación del aumento tarifario.

¿Cuáles son las expectativas? El gobierno de Macri ya presenta otro calendario de resultados: ha descargado las tintas en el segundo semestre y dice que recién en 2017 se notará la mejoría económica prometida. La población mantiene expectativas, pero la imagen del presidente se ha resentido. Si el gobierno no remonta la situación económica y no muestra logros, las elecciones de 2017 podrían ser un problema para su futuro. Los próximos meses serán cruciales para el horizonte del gobierno de Macri.

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