POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 128

1949-2009: la OTAN ante su futuro

Fernando del Pozo
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En su 60º aniversario, no parece fácil encontrar un sustituto a la Alianza Atlántica pese a que dentro y fuera de la organización muchos se cuestionan su utilidad. Transformada geográfica y políticamente desde la caída de la URSS, la OTAN reclama un nuevo Concepto Estratégico.

Son los acontecimientos, más frecuentemente los dramáticos, los que trocean el curso de la historia facilitándonos su análisis, permitiéndonos olvidar que los pedazos forman parte de un continuo y así poder escrutarlos individualmente. A falta de tales referencias solemos utilizar los aniversarios terminados en cero como ocasión y apoyatura del análisis retrospectivo. En algún caso ambas circunstancias coinciden, reforzando así el evento, como ocurrió en el cincuentenario de la OTAN, que coincidió con la guerra de Kosovo, uno de los hitos más importantes en la historia de la organización, y que marcó un cierre de la etapa anterior, cómodamente enlatada con la marca “50”, y el comienzo de una nueva. El 60º aniversario de la OTAN no coincide –al menos por ahora, esperemos que así continúe– con ningún hecho de magnitud suficiente para constituir ese hito de referencia, pero parece obligado alumbrar la estela inmediata con la linterna de Coleridge para seguidamente llevarla a la proa y escrutar el futuro, que es lo que realmente importa.

La estela inmediata en realidad llega un poco más lejos que la guerra de Kosovo, por más que esto supusiera un importante hito para la Alianza  Atlántica. Como es notorio, el punto temporal en que cambió, más que la OTAN, el mundo, fue la disolución de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia y la consiguiente terminación de la guerra fría. Desaparecido el enemigo por antonomasia, los pronósticos, e incluso deseos negativos, sobre la supervivencia de la OTAN abundaron, adornados por comentarios de tenor irónico de “OTAN,…

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