Es un mundo confuso, verifique

Myriam Redondo
 |  21 de enero de 2015

Fotos trucadas, textos manipulados, falsas fuentes. En la Red la información internacional afronta cada día más peligros de engaño. Aparece en español el Manual de Verificación del European Journalism Centre (EJC), una vuelta a los básicos de la comprobación periodística aplicados al terreno digital.

Esta obra conjunta, que puede consultarse en la web del EJC, está firmada por conocidos tuiteros que practican a diario con la verificación y la explican de modo ameno. Entre otros, Craig Silverman, de @Emergent, es el editor del manual y escribe sobre la gestión en caliente de noticias de última hora; Malachy Browne, ahora en Reportedly, explica cómo comprobar un vídeo; Mathew Ingram, de GigaOm, sistematiza la criba de información aportada por la multitud en las redes; y Steve Buttry, convertido en profesor universitario, se extiende sobre los fundamentos de la verificación. Los casos de estudio son conocidos episodios de actualidad que obligaron a comprobar contenidos publicados en las redes por ciudadanos (el llamado user generated content o UGC): el Huracán Sandy, el atentado contra la maratón de Boston, protestas de la Primavera Árabe, guerras de Siria y Libia, el tsunami de Japón

Saber verificar es obligado para periodistas del siglo XXI pero también recomendable para todo lector en Internet, sobre todo si se interesa por la información internacional. Con ella la posibilidad de error se multiplica porque se suele desconocer el contexto de origen de la noticia. Ya es un clásico que cada desastre natural se vea seguido en Twitter de imágenes tan sorprendentes como falsas ( la que acompaña este artículo se difundió tras el Huracán Sandy y mezclaba fotografías anteriores). Los bulos son frecuentes, y tras cada atentado se barajan arrestos y nombres de sospechosos que luego resultan especulaciones.

A veces el error no se deriva de la rapidez sino del engaño planificado. En 2014, un director de cine noruego se vio obligado a pedir disculpas por difundir un vídeo falso sobre la situación de los niños en Siria, Syrian hero boy. Sólo quería atención para el conflicto, pero logró la ira de los corresponsales, cada vez más presionados por las dificultades para distinguir la verdad de la mentira en guerras que se mueven entre la niebla de la propaganda y la creatividad de Photoshop.

En los tumultos opinativos que se desencadenan en las redes se han llegado a olvidar algunos mandamientos: preguntar a varias fuentes, esperar confirmación, ir al lugar de los hechos. El manual los recuerda y ofrece guías para seguirlos en línea. Porque “los estándares del buen periodismo están aquí para quedarse”, como recuerda Nicola Bruno en ¿Tuitea primero, verifica más tarde? (pdf), donde  explica cómo la información en tiempo real ha cambiado la cobertura de las crisis mundiales.

 

Más que recursos, protocolos

En Internet los recursos envejecen pronto. Para alguna herramienta propuesta en el manual (su edición en inglés tiene un año) hay ya  sustituta más avanzada, pero el principal valor de la obra sigue intacto y es la actitud que contagia: comprobarlo todo, apegándose a protocolos de prevención y lectura crítica. Un ejemplo: ahora Google Earth –presente en algunos capítulos- es un elemento básico del fact-checking digital, pero dentro de unos años puede serlo otro servicio similar de Apple. No importan las marcas, sino la idea de geolocalizar (identificar el lugar donde se produce el suceso). Y son los expertos en verificación quienes van actualizando sobre esas novedades.

La comprobación perfecta está fuera del alcance de un usuario común: la agencia Storyful, alma mater de la verificación, muestra en su web a 60 periodistas, equipo con el que difícilmente se puede competir a título individual; Fourandsix, una de las empresas más conocidas de autentificación fotográfica, ofrece sus servicios informáticos más avanzados sólo previo pago.

Con el tiempo la verificación ha ido mostrando sus límites. Hasta el mejor experto falla y ni siquiera dedicar numerosos recursos y personal a la tarea de comprobar garantiza el éxito: la BBC cuenta con toda una unidad para filtrar contenidos ciudadanos (el UGC hub) y es referente en información global, pero también ha errado estrepitosamente. Nadie se libra del temido fake. Lo que sí está al alcance de todos es una obsesión por la desconfianza que si se sistematiza puede resultar salvadora: “Si tu madre te dice que te quiere, compruébalo”, remachan en el manual.

 

Capítulos

Este es el acceso directo a los capítulos del Manual de Verificación y el resumen de algunas de las enseñanzas que contienen:

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *