Mapa del Índice de Paz Global 2019/Institute for Economics and Peace

«El multilateralismo tiene un efecto positivo para la paz”

Isabel Gacho Carmona
 |  12 de septiembre de 2019

Entrevista con Serge Stroobants, director de Operaciones de Europa y la región de Magreb y Oriente Medio (MENA) del Institute for Economics and Peace.

 

El Índice de Paz Global es una iniciativa desarrollada por el centro de investigación australiano Institute for Economics and Peace que lleva algo más de una década ofreciendo un análisis riguroso sobre el estado de la paz mundial. Puntúa a 163 Estados y territorios en base a 23 indicadores que se engloban en tres áreas: El nivel de protección social y seguridad, el grado de los conflictos internos e internacionales en curso y su militarización. Para realizarlo utilizan datos de diferentes fuentes como Naciones Unidas, Amnistía Internacional o la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist. Su objetivo es determinar qué factores sociales, políticos y económicos son necesarios para generar paz, además de cambiar el modo en el que el mundo la percibe. A través de su investigación demuestran que la paz es tangible y mesurable.

El Índice de 2019 muestra un ligero aumento de la paz en el mundo por primera vez en cinco años, pero sigue ofreciendo peores resultados que hace 10. Afganistán es este año el país que peor resultado cosecha, pero no porque su situación haya empeorado, sino por la mejora de Siria, que ha abandonado la última posición. Islandia se sitúa en el número uno desde 2008. La caída experimentada en Estados Unidos, Nicaragua o Venezuela se traduce en que el continente americano es la región que más ha visto empeorar su situación. Por lo demás, pocas sorpresas: Europa sigue siendo la región más pacífica y MENA (Magreb y Oriente Medio, por sus siglas en inglés) la menos pacífica.

El director de Operaciones de Europa y la región MENA del Institute for Economics and Peace, Serge Stroobants, ha presentado esta semana los resultados del Índice de Paz Global en un desayuno informativo organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (Incipe). Durante la charla se abordaron algunas cuestiones como el papel del cambio climático como multiplicador de amenazas o el rol de la democracia en el mantenimiento de la paz. Política Exterior tuvo la oportunidad de entrevistar a Stroobants.

Política Exterior: En el informe se diferencian los conceptos ‘paz negativa’ y ‘paz positiva’, entendida esta última como un paso más allá de la simple ausencia de violencia, haciendo hincapié en actitudes, estructuras e instituciones que sustentan a las sociedades pacíficas. ¿Podría explicar un poco el concepto de paz positiva?

Serge Stroobants: Encontramos el ejemplo de Nueva Zelanda, que sufrió un ataque terrorista este año. Se puede ver que países con un alto nivel de paz positiva son capaces de reponerse rápidamente. Si esto pasa en un país con un nivel menor, no hubiera tenido la misma resiliencia. Un ataque como este puede desestabilizar completamente un país. Este concepto de resiliencia está muy relacionado con el concepto de paz positiva. Cuánto más resistente sea mi sistema, más capaz será de hacer frente a estos impactos externos.

Pero no hay que olvidar que para mostrar altos niveles de paz positiva hay que ver un cambio sustancial en muchos indicadores, no se consigue en un día. Y, al revés, un país con altos niveles de paz positiva puede empeorar en un par de indicadores y no caer en la violencia y la desestabilización. El quid de la cuestión es cómo se consigue esta transformación en paz positiva y cómo se mantiene. Y es algo en lo que hay que invertir mucho para poder mantener. Es una carrera de fondo.

PE: En lo relativo a España, estábamos en el puesto 22 en 2017 y este año alcanzamos el puesto 32. ¿A qué se debe el descenso? ¿Tiene que ver con la situación en Cataluña?

SS: España ha mostrado peores resultados en las tres familias de indicadores. El de conflictos internos está claramente relacionado con la desestabilización en Cataluña y las luchas independentistas. Luego, al analizar la protección social y seguridad nos encontramos la misma situación: lo que pasó en Barcelona, las protestas violentas y la desestabilización. Por último, el peor resultado respecto a la militarización es por el aumento de gasto militar y de la exportación de armas. También por la relación con las armas nucleares, aunque esto está vinculado a la pertenencia de España a organizaciones internacionales que lidian con ellas, como la OTAN.

PE: Ha sostenido que en el Índice no existen indicadores relativos a la democratización o al respeto a los derechos humanos por la dificultad de acceder a datos fiables, así como por la dificultad de consensuar una definición concreta. Tampoco se muestran indicadores sobre la violencia contra las mujeres. Usted mismo ha comentado cómo la falta de igualdad entre hombres y mujeres se traduce en más violencia. ¿La explicación a la ausencia de este indicador es la misma que la de los derechos humanos? 

SS: El problema principal es el mismo, que no hay datos válidos que puedas usar. Efectivamente estos conceptos son muy difíciles de medir. No los voy a llamar “difusos”, pero la realidad es que no siempre hay un consenso global sobre ellos. Por eso, si produces índices globales es muy difícil tener una manera de medirlo.

Por otro lado, no respetar la democracia o los derechos humanos conduce automáticamente a más violencia. Con los 23 indicadores que usamos medimos indirectamente la ausencia de derechos humanos y de democracia.

Además, el baremo de terror político es uno de los indicadores que regula esto. Miramos, por ejemplo, las sentencias extrajudiciales, los encarcelamientos sin juicio y las torturas. Países que aplican esto son automáticamente países más violentos. Así que sí que hay medidores directos, pero hay también muchos indicadores indirectos que reflejan cómo la falta de democracia afecta a la paz.

Quizá, para terminar esta respuesta, incluiría que cuando producimos el Índice de Terrorismo Global medidos dos desencadenantes del terrorismo y uno de ellos es la importancia de los conflictos armados. El 90% de los ataques terroristas se llevan a cabo en países en conflicto. ¿Por qué? Porque los niveles de injusticias cometidas son mayores y se traducen en frustración. Así, la posibilidad de dar un giro hacia la violencia es mucho más probable que en una democracia con garantías.

PE: Islandia ha estado en primera posición desde que se realizan informes. ¿Hay alguna receta que pueda ser exportada a otros países? 

SS: Islandia es un caso muy particular, es una isla en medio del Atlántico con muy poca población.

PE: Quizá Nueva Zelanda, que es el segundo en el Índice.

SS: También es comparable, está muy aislado.

PE: ¿Podría ser ese el secreto?

SS: No lo sé. Pero los 10/20 primeros países del ranking son pequeñas democracias. Europa es la región más pacífica del mundo. Todos los países europeos están en el tercio superior del Índice y los primeros países europeos son miembros de la Unión Europea. Queda claro el efecto positivo del multilateralismo y el enfoque liberal en las relaciones internacionales, así como los efectos positivos que ha tenido la UE para la paz. Bueno, ganó el Premio Nobel de la Paz hace unos años. Se ve claramente, no hemos tenido enfrentamientos violentos en los últimos 75 años, vivimos en un estado de paz relativa, supongo. La Unión es una parte fundamental de este éxito. Es una lectura que hacer del Índice. En el caso de España, pese a haber sufrido algunos problemas, manifestaciones violentas que han tenido impacto en la evaluación, sigue siendo un país pacífico.

PE: Hay críticas al Índice que afirman que algunos países puntúan muy alto porque es Estados Unidos quien se encarga de su defensa y, por lo tanto, no consta gasto militar oficial en sus cuentas. 

SS: Es el precio que hay que pagar cuando produces este tipo de trabajos. Desde un punto de vista estadístico, tratamos de medir el mayor número de indicadores posibles y reducir al máximo el número de indicadores cualitativos. Solo seis de los 23 lo son y, además, siempre están respaldados por datos. Supongo que es muy difícil medir estas conexiones entre países. No obstante, si inviertes en violencia acabarás haciendo frente a las consecuencias en el Índice. Así que no importa tanto de dónde venga el dinero. Si consigues dinero para tener más fuerzas militares o policiales para hacer frente a una situación inestable, eso se va a reflejar en el Índice.

Respecto a EEUU, su mala posición (128) está muy clara cuando tienes en cuenta las tres familias de indicadores. Conflictos internacionales: está involucrado en prácticamente todos. Seguridad en la sociedad: solo hay que analizar los niveles de población reclusa, de acceso a armas, los niveles de homicidios…. Además, la militarización es el motor de su política exterior.

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