AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 44

Beirut, entre urbicidio y conflictos culturales

Michael F. Davie
 | 

En esta ciudad dividida, económicamente poco eficiente y políticamente marginada, el patrimonio y la cultura quedan reducidos a su componente folclórico o nostálgico.

La cultura y el patrimonio, su destrucción o su defensa, centran ahora los debates nacionales sobre la identidad, la etnia o las civilizaciones; participan en los posicionamientos políticos mediante la búsqueda de identidades locales o nacionales; se imponen en las decisiones económicas; y justifican campañas de promoción turística. En pocas palabras, las cuestiones de cultura y patrimonio se han vuelto indispensables, incluso en un Líbano crónicamente inestable.

La cultura y el patrimonio son, ante todo, unas construcciones elaboradas por personas o grupos a quienes les parecen “útiles” para crear estrategias de poder, de mejora y de posicionamientos sociales o identitarios. También son indisociables de determinados actores principales, personas, asociaciones u ONG. Y como estos desafíos evolucionan en el tiempo, su instrumentalización está por fuerza arraigada en la Historia: lo que hoy tiene sentido en Líbano no lo tenía necesariamente antes de 1975 o después del final de la guerra civil (1990).

Teniendo en cuenta esto, este artículo propone una lectura de las tomas de conciencia cultural y patrimonial en este país, de su destrucción y de su defensa tardía. Así, las diferentes acciones de protección del patrimonio en Líbano son el fruto de la convergencia de desafíos de actores en un contexto social y político complejo. La unión de las asociaciones para la protección patrimonial o el fomento del arte, la música o la literatura constituyen una forma de discurso sobre la identidad construido en torno a un posicionamiento tras unos valores “seguros”.

La fragilidad de la estructura política libanesa, que se basa en un equilibrio de fuerzas confesional, aparcaba normalmente los proyectos de desarrollo, de ordenación urbana, los servicios públicos básicos o la política social, sin contar la…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO