AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 49

Fracaso occidental en Siria

Thomas Pierret
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Los occidentales se enfrentan a un dilema: o bien verse rebajados a lidiar con las consecuencias de las acciones de Moscú, o bien iniciar un enfrentamiento arriesgado con Putin.

Desde finales de enero de 2016, la alianza formada por el régimen sirio, Rusia e Irán ha cosechado una serie de victorias militares estratégicas que han cambiado radicalmente el curso del conflicto, menos de un año después de la primavera de 2015, cuando se produjo un retroceso de las tropas de Bashar al Assad en casi todos los frentes. En el Sur, los leales al régimen han recuperado la ciudad de Sheikh Miskin, ampliando y asegurando así la estrecha línea de aprovisionamiento entre Deraa y Damasco. En la provincia costera de Latakia, esas mismas fuerzas han destruido los dos principales bastiones rebeldes, los de Salma y Rabia. En la provincia de Alepo se ha producido un giro aún más dramático, ya que los leales al régimen han cortado la carretera que permite aprovisionar a los barrios rebeldes de la capital provincial desde Turquía, a través del puesto fronterizo de Bab al Salama. Para los rebeldes que luchan en las zonas rurales septentrionales de Alepo, la situación es más crítica porque se enfrentan a los combatientes del grupo Estado Islámico (EI) en su flanco oriental, y en el occidental resisten una ofensiva de los nacionalistas kurdos del Partido de la Unión Democrática (PYD). Estos últimos, que avanzan con ayuda de la aviación rusa, pretenden recuperar la región fronteriza de Azaz con el fin, a largo plazo, de unir territorialmente los cantones de Afrin y Kobane. En la ciudad de Alepo, centenares de miles de civiles se preparan para un asedio que podría provocar el cierre del corredor que todavía permite acceder al puesto fronterizo de Bab al Hawa, al Oeste.

 

Mapa de la guerra en Siria

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