AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 51

La nueva estrategia de la OTAN en Libia

Moncef Djaziri
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La Alianza prefiere actuar militarmente a través del Africom o de las fuerzas especiales y, al mismo tiempo, prestar apoyo técnico al poder libio.

Desde hace varios meses, la posibilidad de una nueva intervención de la OTAN en Libia se plantea con regularidad, e incluso ha sido solicitada expresamente por algunas partes libias, como el Parlamento de Tobruk. Egipto también la ha solicitado. De hecho, el 4 de noviembre de 2015, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, pidió a la OTAN que “actuase para reconstruir Libia, que está sumida en la violencia desde el derrocamiento del régimen de Muamar Gadafi por una insurrección apoyada por la OTAN”.

Aunque la intervención militar de la OTAN pueda parecer pertinente, no parece que esté a la orden del día. El 6 de diciembre de 2015, el secretario general, Jens Stoltenberg, declaró que la “OTAN no debería plantearse una intervención militar en Libia”. Sin embargo, dijo, “estamos dispuestos a ayudar al gobierno libio y a prestarle apoyo, pero no interviniendo militarmente, una intervención que yo no recomiendo”. La OTAN prefiere actuar indirectamente para conseguir los mismos resultados, o parecidos, pero con un menor coste y sin intervención directa.

Por tanto, el objetivo de este texto es analizar el papel de la OTAN en Libia y mostrar que, con la experiencia del pasado y del fracaso de 2011, y teniendo en cuenta la configuración internacional y el aumento de las tensiones entre los países occidentales y Rusia, la organización militar transatlántica prefiere actuar militarmente a través del Africom (el mando militar estadounidense para África) o de las fuerzas especiales, y al mismo tiempo prestar apoyo técnico al poder en Libia.

 

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