AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 25

La peregrinación a La Meca

Javier Otazu
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Recibe más de dos millones de visitantes al año y carece de aeropuerto. Hoteles de una a seis estrellas están repartidos por la ciudad, pero no existe ningún lugar de diversión y ocio para sus ocupantes. Mil trescientos millones de personas tienen la obligación moral de visitarla, mientras que el resto del mundo no tiene ni tendrá derecho a hacerlo por ser un lugar prohibido. Éstas son algunas de las paradojas de La Meca, tal vez el último lugar del planeta vedado al turismo de masas, donde todo el oro del mundo no basta a un no musulmán para franquear las puertas del centro del universo islámico, el sitio al que debe dirigirse el creyente en Alá para rezar, para sacrificar a sus animales y ser enterrado.

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