AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 29

Libia: de la amenaza islamista a la revolución

Luis Martinez
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El fin del temor al gobierno, de la seguridad que procuraba y de las promesas de bienestar, provoca un levantamiento popular brutalmente reprimido por el régimen.

 

Será la Libia de Muamar el Gadafi el próximo puerto donde recale la ola democrática que se ha llevado a Zine El Abidine Ben Ali en Túnez y a Hosni Mubarak en Egipto? Considerada un régimen sólido, la Yamahiriya, aun contando con unas bazas muy importantes para hacer frente a un tsunami democrático, está al borde del colapso. Tras 15 días de insurrección, el régimen ha perdido el control de la región de Cirenaica y los principales campos petrolíferos. ¡Permanece acantonada en Trípoli y Surt! La deserción de las tribus que lo apoyaban, la adhesión del ejército a la causa del “pueblo”, junto a la incapacidad de los mercenarios extranjeros para asumir el control de las ciudades, han  puesto al régimen contra las cuerdas. Defendido por su última tropa de incondicionales y su tribu, la Gadadfa, el rais puede, en la ciudad de Trípoli, resistir frente a una conquista militar insurgente; cuenta con unidades reducidas, pero muy bien armadas (brigadas de seguridad, fuerzas especiales), que venderán cara su vida.

De no hallarse solución política para sacar al régimen del callejón sin salida en el que se encuentra, la violencia podría instalarse en Tripolitania. La comunidad internacional ha tomado medidas frente a los riesgos de la situación libia votando sanciones contra el régimen. El objetivo de dichas sanciones a medio plazo es agotar los recursos del gobierno, para obligarlo a rendirse. No obstante, Gadafi cuenta con medios para resistir a corto plazo. Dispone de recursos financieros considerables en cuentas off shore a las que la congelación de activos no llega; sus unidades especiales tienen arsenales para hacer frente al sitio de la capital; el…

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