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‘Brexit’ tiene una débil justificación económica

Federico Steinberg y Alfredo Arahuetes
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El análisis de la interdependencia de la economía británica deja claro que los lazos comerciales e inversores más importantes de Reino Unido, además de con Estados Unidos se dan con el resto de las economías de la Unión Europea, especialmente con Alemania, Francia y Países Bajos.

La pertenencia de Reino Unido a la Unión Europea está en el aire. David Cameron, primer ministro británico, se ha comprometido a renegociar los términos de la membresía británica en la Unión, y consultará a la ciudadanía en un referéndum si quiere que el país continúe siendo un Estado miembro.

Tras varios meses de tira y afloja, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, lanzó una propuesta a los líderes de los 28 países que conforman la UE, que fue bien recibida por Cameron al incluir sus cuatro bloques de peticiones (gobernanza económica, competitividad, soberanía y beneficios sociales). Ahora falta cerrar las negociaciones y consultar a la población británica.

Más allá de las dificultades de la negociación y de las pasiones que rodean este debate en Reino Unido, no cabe duda de que, desde que el país se integrara en la entonces Comunidad Económica Europea en 1973, sus lazos económicos con sus socios comunitarios no han hecho más que aumentar. En este artículo objetivamos mediante un índice de interdependencia cuál es la relación económica –entendida en sentido amplio– entre Reino Unido y sus principales socios (tanto dentro como fuera de la UE), con el fin de evaluar la conveniencia económica de que el país se mantenga en la UE o la abandone.

Como mostraremos a continuación, parece claro que existe un débil fundamento económico para justificar la salida de Reino Unido de la Unión. Aunque hay variables que quedan fuera de nuestro análisis, y aunque Reino Unido pudiera sustituir su pertenencia al bloque por tratados…

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