>   NÚMERO 19

Carta a los lectores

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Un crecimiento del PIB del 7% en 2000, la caída de la inflación y la formidable resistencia del peso después de la devaluación del real brasileño a comienzos de 1999, junto a los oscuros nubarrones que amenazan Argentina, exigían, un año después de la llegada al poder de Vicente Fox, que este número de ECONOMÍA EXTERIOR estuviese exclusivamente dedicado al análisis del porqué de esa fortaleza de la economía mexicana. Y, sin embargo, la riqueza y frescura de la transición política –quizá sería más exacto hablar de consolidación democrática– han desviado el mensaje de los autores hacia otros derroteros.

La originalidad del cambio político, el fortalecimiento de la democracia, ha extendido un velo sobre los logros económicos traicionando los propósitos iniciales de los editores: un solo sobre la economía mexicana y sus relaciones comerciales y financieras con España. Pero vistos los resultados únicamente tendríamos que reprocharnos nuestra falta de previsión y felicitarnos quizá por ello. Los autores del guión han sido derrotados por un protagonista, la política, que impondría su historia y personalidad. Como además con México nos sucede que su conocimiento en esta orilla del Atlántico es fragmentario, el producto que se ofrece, como la mejor tequila, se ha elaborado pensando en los gustos del lector más curioso y exigente. En justa compensación, estas líneas insisten en los logros conseguidos y los retos con que se enfrenta la economía mexicana.

El México del siglo XXI está lejos, muy lejos, de aquel país marcado por la inestabilidad y las dictaduras, por los nacionalismos radicales o por el ininterrumpido gobierno de un partido único desconfiado de la democracia. Libertad económica y política se han entrelazado de tal modo que uno de nuestros autores, el profesor Fernando Fernández, puede anunciar que “México está de moda”, precisamente por eso, por algo en lo…

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