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El periodismo, cuestionado: Google y los pactos con el ‘newsmaking’

David Felipe Arranz
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A diferencia de los diarios digitales el periódico en papel continúa manteniendo el prestigio de los reportajes de fondo; el medio online gana en inmediatez, pero para un lector que busca estar bien informado, la cabecera impresa seguirá ofreciendo la mejor explicación de la actualidad.

 

El viejo oficio del periodismo se encuentra en un momento extraordinariamente delicado, al punto de que no sobrevivirá si no ofrece un modelo de consumo de información de pago, según el informe El periodista en la encrucijada, recientemente publicado por Fundación Telefónica en su colección Ariel.

 

A la escasez de tiempo en la elaboración de noticias ante el empuje de la instantaneidad que exige el mundo online, se ha sumado la estrechez de recursos en la mayoría de las redacciones, cuyos aprietos económicos están produciendo efectos devastadores en la profesión. Sometidos a las presiones del ejercicio del periodismo multitarea, una de las apuestas más infames a que han obligado los recortes y los diezmos en las filas de los informadores; los escasos periodistas que continúan en  los medios apenas disponen de tiempo para contrastar y contextualizar sus piezas, como exige el estándar de la información de calidad. La pregunta es si la opinión pública necesita y demanda esa calidad, o se conforma con navegar por el mundo de los buscadores y los agregadores de noticias. Frente a los más de 6.000 periódicos que se editan en el mundo, cada minuto se descargan gratis en YouTube 48 horas de vídeos, con una media de 3.000 millones de visualizaciones diarias. Ante este escenario y con toda lógica, las gigantescas centrales de medios colocan ya publicidad tradicionalmente dirigida a los medios de comunicación en esas plataformas. Como Google y YouTube, cuyos clientes potenciales crecen de forma exponencial…

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