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Erradicar la pobreza extrema y el hambre

Teresa Cavero
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El futuro está plagado de incertidumbre y los mercados se prevén cada vez más volátiles. Millones de familias incapaces de producir alimentos y sin ingresos se enfrentan a una inseguridad alimentaria cada vez mayor. La experiencia de otras crisis sugiere que lo peor está por llegar.

En 2000 las Naciones Unidas aprobaron la Declaración del Milenio en la que 189 países se comprometieron a cumplir ocho objetivos (ODM) como un primer paso para reducir la pobreza extrema a la mitad en 2015. Era el mayor compromiso de la historia por “un futuro más pacífico, más próspero y más justo”. Aunque se han dado algunos avances, como la reducción del analfabetismo, en general han sido lentos, en parte por el incumplimiento de algunos gobiernos. Entre 2007 y 2010 muchos logros se han echado a perder a causa de las crisis alimentaria, energética y económica, que en los países más pobres se traduce en hambre, en una mayor dificultad para cubrir las necesidades básicas como la educación o la salud, y en un alejamiento de la consecución de los ODM.
El primero de los Objetivos del Milenio (ODM1) referente a la erradicación de la pobreza y el hambre, establecía la meta de reducir a la mitad entre 1990 y 2015 el porcentaje de personas con ingresos inferiores a un dólar al día, así como el porcentaje de personas que padecen hambre. Junto con los objetivos en salud materna y en agua potable y saneamiento, el ODM1 es uno de los objetivos que va más desencaminado, y su retraso pone en riesgo toda la iniciativa de los ODM.

Panorama general de la pobreza extrema y el hambre en 2010
La pobreza extrema es el estado más severo de pobreza, en el que las personas no pueden satisfacer sus necesidades básicas para vivir como…

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