>   NÚMERO 79

Esperando a Donald Trump

Fernando Barciela
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Pese a que los indicadores sobre la economía de EE UU muestran una tendencia a la mejoría y muchas de las propuestas del nuevo presidente gustan al mundo corporativo y a los mercados, todos cruzan los dedos ante una presidencia que sigue despertando dudas.

La principal preocupación durante los días anteriores a la victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos era que una entonces eventual llegada del empresario a la Casa Blanca diera al traste con las magníficas perspectivas de la economía estadounidense. Era innegable que el recién elegido presidente despertaba los peores temores en buena parte de los electores, los medios de comunicación, los inversores, el mundo corporativo y hasta entre muchos de su propio partido republicano. Era tan evidente que la mayoría de analistas predijo una caída de los índices bursátiles neoyorquinos en caso de victoria de Trump, como Citigroup que anunció un desplome del tres al cinco por cien, o Goldman Sachs que profetizó descensos similares.

Ya se sabe que “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” y eso venía a ser Hillary Clinton, de quien se esperaba una política más previsible y menos aventurada, más acorde con la de Barack Obama, no tan negativa como algunos señalan. A fin de cuentas, mientras en los años posteriores a 2008 la eurozona se ha situado en tasas de crecimiento del PIB normalmente inferiores al dos por cien (con tres años negativos), EE UU ha disfrutado de ratios superiores al dos por cien. Esto por no hablar de las tasas de paro, que en la eurozona se encuentran por encima del 10 por cien y en EE UU por debajo del cinco.

No es extraño que todos apostaran por continuar en la misma senda, que no estaba mal e incluso en vías de…

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