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Hollande, defensa continuista para tiempos de ruptura

Bernardo Navazo López
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La situación económica del ministerio de Defensa francés preocupa: si en estos años de recortes, Alemania, España y Reino Unido han reducido sus presupuestos en defensa y adaptado sus ejércitos a las exigencias de la crisis, Francia ha tenido un comportamiento fiscal algo extravagante.

 

La victoria socialista en las presidenciales francesas del pasado 6 de mayo y la mayoría absoluta sin paliativos en las legislativas del 17 de junio, han otorgado a François Hollande un gran capital político. Sería un error catastrófico no reservar tiempo, atención y legitimidad en la toma de decisiones para enderezar el rumbo del ministerio de Defensa, que adolece de dos dinámicas negativas bien identificadas: por un lado, las transformaciones geopolíticas que venimos observando en las últimas dos décadas, y la falta de adaptación del ministerio a estas (nuevos actores emergentes, disfunciones de la globalización, inmigración incontrolada, terrorismo internacional, crimen organizado, ciberseguridad, etcétera.) y, por otro, la inacción y la falta de decisión política en sempiternos problemas del ministerio de Defensa, que han languidecido durante décadas. Tal combinación está dando lugar a problemas muy concretos, que ponen ya en peligro la defensa francesa y la viabilidad económica del departamento.

 

Siendo pues varias las dimensiones en las que analizar los dilemas que afronta la defensa francesa bajo la presidencia de Hollande, quisiera estudiar en este artículo las dos siguientes: por su similitud con el caso español, el problema presupuestario y de falta de financiación en el ministerio de Defensa francés, y porque resumen el dilema entre mayor integración y pérdida de soberanía, la evolución de las relaciones francobritánicas tras el tratado de cooperación en defensa y seguridad de noviembre de 2010…

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