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Inversión Extranjera Directa de India: ¿de insignificante a relevante?

Sumedh Deorukhkar y Alicia García Herrero
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El futuro del sector privado empresarial indio y, a su vez, las perspectivas de las inversiones directas en el extranjero de India dependen de la capacidad del país para crear una sólida plataforma para las empresas que proporcione un capital financiero y un apoyo político adecuados.

India es uno de los mercados mundiales más poblados y que más rápido crece. El gigante del sur de Asia cuenta con una demografía muy favorable, un sistema de gobierno democrático y estable, un marco regulatorio competitivo y un sector privado emprendedor. Sin embargo, su enorme potencial económico está lastrado por unos problemas estructurales muy arraigados que han perjudicado mucho tiempo el crecimiento del PIB y han creado a la vez presiones inflacionarias constantes.

Entre los principales problemas se incluyen unas infraestructuras físicas y sociales escasas, la burocracia, unas leyes laborales rígidas, el descenso de la fiscalidad y el aumento de las limitaciones de los recursos de la oferta, especialmente en el sector energético, pero también en los sectores metalúrgico y alimentario. Resulta alentador que se estén llevando a cabo reformas políticas concertadas para resolver los problemas estructurales a los que se enfrenta el país, aunque solo podrán tener pleno efecto a largo plazo. Debido a su enorme y creciente base poblacional, al incremento de la urbanización y al aumento de la renta per cápita, India siente cada vez más la presión del aumento de la diferencia entre la oferta y la demanda en los sectores energético, metalúrgico y alimentario. El déficit energético se ha duplicado con creces desde 2000 y empeorará más a causa del cambio de los hábitos de consumo, el aumento del número de vehículos per cápita y la constante industrialización…

 

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