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La exportación española a Asia

Miquel Nadal
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La región de Asia-Pacífico viene siendo proclamada en los últimos años como una de las más prometedoras y dinámicas del mundo. Reúne a la mitad de la población mundial, en ella se produce una cuarta parte de los bienes y servicios mundiales, constituye una potencia comercial y es una importante receptora de inversión extranjera. Pero no sólo eso, Asia alberga algunas de las culturas y religiones más antiguas y ricas del planeta, que forman un verdadero patrimonio de la humanidad, y se encuentran también países que cuentan con voz propia en el escenario político internacional.

Ese continente es todavía el hogar de muchos de los pobres de la Tierra. Además, existen conflictos pendientes (estrecho de Taiwan, península de Corea, mar del Sur de China) con un potencial desestabilizador considerable, así como intensos nacionalismos e intereses estratégicos enfrentados. Las grandes diferencias en renta per cápita, la magnitud de los flujos migratorios, la proliferación de armamento o los problemas relativos al medio ambiente, son también cuestiones que proyectan sombras sobre el futuro de esta región, trascendiendo el ámbito regional para afectar a todo el planeta.

Se ha dicho que el siglo XXI será el de Asia. Si bien es cierto que cuando se analizan las profundas transformaciones que acontecen en estos países tal afirmación cobra enteramente cuerpo, cambios comparables están ocurriendo en otras zonas del mundo. En realidad, lo que el futuro deparará a lo largo de ese siglo no siempre es fácil de predecir, sea lo que sea, estará condicionado por los rápidos cambios tecnológicos que han provocado, entre otros fenómenos, un imparable desarrollo de las telecomunicaciones y una expansión del capital internacional que supera cualquier frontera. La combinación de ambos ha dado lugar a que cualquier región se vea inmediatamente afectada por lo que ocurre en el resto…

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