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Océano Índico: el gran juego del siglo XXI

Luis Esteban G. Manrique
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India está destinada a actuar como un contrapeso natural a su gigantesco vecino. Actualmente es el mayor importador del mundo de material de defensa. Entre 2010 y 2014 sus adquisiciones representaron el 15 por cien del total mundial. El gran juego del Índico acaba de empezar.

La llegada de Vasco de Gama a India, hace medio milenio, dio comienzo a la hegemonía de Occidente en Asia. Con el transcurso de los siglos, el poderío naval portugués se extinguió, dando paso al de Holanda, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Ahora, con India y China compitiendo por su dominio –y con la decreciente fortaleza militar y económica de EE UU–, es posible que ese capítulo cinco veces centenario de la preponderancia occidental en el Índico esté comenzando a cerrarse.

Las consecuencias geopolíticas de ese giro serán globales. Los 37 países ribereños del Índico reúnen a la tercera parte de la población mundial y por sus aguas pasa el 70 por cien del comercio mundial de petróleo y la mitad del tráfico mundial de contenedores. Pese a los avances del transporte aéreo, el 90 por ciento del comercio mundial y las dos terceras parte suministro global de petróleo viajan por mar.

En esa carrera por el control de las rutas marítimas del Índico, nadie quiere quedarse atrás. Es mucho lo que está en juego. En 2030 el consumo energético mundial crecerá un 50 por cien. La mitad de ese consumo provendrá de India y China. India pronto se convertirá en el cuarto mayor consumidor mundial de energía, después de EE UU, China y Japón. India y China depende del petróleo para casi el 80 por cien de su consumo energético, la mayor parte del cual proviene del Golfo y atraviesa el mar Arábigo.

El ministro de Exteriores indio, Subrahmanyam Jaishankar, asegura que…

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