INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1006

ISPE 1.006. 17 octubre 2016

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La elección del exprimer ministro portugués y exdirector de Acnur, António Guterres, con el respaldo unánime de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, para suceder a Ban Ki-moon como secretario general, ha confirmado el prestigio de la clase política y la diplomacia portuguesas, que han devuelto el cargo a un político europeo tras el denostado mandato del austriaco Kurt Waldheim (1972-81).

El proceso de selección comenzó el 15 de abril con una serie de audiencias públicas en las que los 13 candidatos expusieron ante la Asamblea General sus planes para dirigir el organismo. Fue la primera vez que se utilizó ese formato, mucho más transparente que las anteriores elecciones, que se limitaron a una negociación opaca en el Consejo de Seguridad.

Pese a su destacada labor al frente de Acnur en medio de la crisis de refugiados en el Mediterráneo, la elección de Guterres fue en cierto modo sorpresiva, dado que Rusia había adelantado que solo apoyaría a alguno de los candidatos procedentes de Europa oriental, que eran mayoría.

Además, el propio Ban había abogado por la conveniencia de entregar el testigo a una mujer. De los 13 candidatos, siete eran mujeres. Pero las candidatas que reunían ambos criterios –como la vicepresidenta búlgara de la Comisión Europea, Kristalina Georgieva–, recibieron un importante número de votos en contra. En el caso de Georgieva fueron ocho.

El legado de Ban Ki-moon a Guterres es ambivalente. Entre los activos de su mandato está un plan global contra el cambio climático, la Agenda 2030, vertebrada por los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al político portugués le corresponderá ahora establecer una hoja de ruta para alcanzarlos.

Entre los pasivos se encuentran las crisis de Siria, Libia, Yemen y Sudán del Sur, ante las que la ONU se ha…

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