INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 998

ISPE 998. 8 agosto 2016

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Las conclusiones de un reciente estudio del Programa Medioambiental de la ONU y la Universidad de Londres publicado en la revista Science y basado en mediciones de la biodiversidad en 18.659 localizaciones distintas alrededor del mundo, difícilmente podrían ser más desalentadoras.

Según el director del estudio, Tim Newbold, el número de especies de la flora y la fauna mundiales ha caído por debajo de los niveles de densidad considerados seguros para su supervivencia biológica. La razón es simple: la invasión de sus hábitat naturales por las infraestructuras que acompañan inevitablemente el crecimiento urbano y demográfico.

Los ecosistemas degradados por la contaminación pronto dejan de proveer servicios ecológicos, que van desde la absorción del dióxido de carbono de la atmósfera a la filtración del agua, la polinización o el control de la erosión de los suelos. Según el informe, una reducción del 10% de la biodiversidad en un área determinada supone cruzar una línea roja. Y alrededor del mundo la media ya supera el 15%. Aunque las tundras siberianas y los bosques boreales están relativamente intactos, en la América del Norte central, desde Canadá a Tejas, los niveles de biodiversidad han caído por debajo del 60%. La ONU, por su parte, estima que dos terceras partes de las reservas ictiológicas en los océanos están siendo explotadas más allá de los límites sostenibles.

Otro caso claro es la de la megafauna herbívora africana, que incluye elefantes y rinocerontes. Según African Parks, hoy solo quedan en el continente 450.000 elefantes, cuando eran cinco millones hace un siglo. En Tanzania hay 43.000 elefantes salvajes frente a los 110.000 de 2009, debido sobre todo a la caza furtiva que busca el marfil de sus colmillos. En 40 años la población de elefantes del país se ha reducido un 90%. A ese ritmo, en…

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