Cuadernos egipcios

Carnets égyptiens, la última obra de Abdelasiem el Difraoui, fue publicada por Presses Universitaires de France al inicio del curso literario. El autor, que es doctor en ciencias políticas en Sciences-Po París, ha escrito Al-Qaida par l’image y ha realizado reportajes y documentales como Tahrir 2011. En Carnets égyptiens analiza el Egipto contemporáneo y dibuja el panorama de la situación a través de la mirada del pueblo para dar al lector claves de comprensión para analizar y entender mejor los violentos trastornos políticos y sociales que vive este país.

Para hacerlo, El Difraoui recorrió Egipto durante varios meses y fue testigo de la convulsión de un país donde las diferencias sociales se agrandan a medida que la inestabilidad política perdura y aumenta. Estos Carnets égyptiens se asemejan a un cuaderno de viaje en el que se narran las peregrinaciones del autor de Alejandría al Lago Nasser, pasando por El Cairo y el Canal de Suez. El Difraoui salió así al encuentro de los egipcios para recoger el relato de sus experiencias vitales en el Egipto actual. Sus intercambios con los habitantes constituyen la esencia del libro y reflejan la pluralidad de las opiniones que se enfrentan en el país. Este posicionamiento literario permite analizar el futuro de Egipto y las diversas aspiraciones de sus ciudadanos, que pueden incluso ser contradictorias. A través de los diferentes puntos de vista que se entremezclan y se entrechocan, la obra esboza la situación actual de los trastornos que ha sufrido, y que todavía sufre, el Egipto de hoy en día. Además, una cronología y un mapa permiten que el lector sitúe en un contexto histórico y geográfico determinado los hechos abordados por las personas que fueron entrevistadas.

Durante la lectura del libro, nos cruzamos también con diversos interlocutores cuyos testimonios enriquecen la reflexión. Esta iluminación humana es la que otorga su fuerza a la obra al dar cuenta de las múltiples facetas de un país al borde del caos. Por otra parte, el libro contiene ilustraciones de Ahmed Mansur que representan a los protagonistas a los que se les concede la palabra. Así se invita al lector a descubrir, capítulo tras capítulo, una galería de retratos escritos y dibujados en la que conocemos a Mohamed, un policía por convicción; a Amr, un cineasta comprometido; a Pierre, un revolucionario de salón; a Nihal, un activista de los derechos humanos; a Ahmed, un periodista beduino del Sinaí; a Hagga Tahra, una nubia en un “paraíso perdido”; y al copto Abul, por citar solo a algunos de ellos. Todos ellos, entre la corrupción, los tráficos de todo tipo, la tortura, la censura, la violencia y la propaganda, se plantean la cuestión del futuro de su país intentando ser, mal que bien, actores del cambio.

Frente a la complejidad de la situación egipcia y a la incapacidad de entenderla por parte de los occidentales, este libro permite exponer y analizar las circunstancias egipcias anclándolas en su contexto histórico, político e ideológico, y convirtiendo la palabra del pueblo en el centro del tema. Si bien todavía hay que trazar el futuro, parece que la emancipación del pueblo implica que hay que elegir un régimen que concilie la pluralidad de opiniones, otorgando un lugar fundamental a la represión de la violencia y dando a la educación un papel esencial. La asombrosa abundancia de testimonios en este libro polifónico nos invita a reflexionar sobre la manera en que las distintas voces que El Difraoui recoge pueden unirse para formar una sola y llevar al país hacia un futuro mejor en el que las reivindicaciones de la revolución de 2011 –“Pan, libertad y justicia social”– serán escuchadas.

Por Thaïs Raulot-Courtois, asistente editorial. Reseña publicada en #Afkar44, invierno 2014-2015.