Autor: Elizabeth Kolbert
Editorial: Crítica
Fecha: 2015
Páginas: 340
Lugar: Barcelona

La sexta extinción

Áurea Moltó
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Vamos a hablar, como advierte el subtítulo de La sexta extinción, de «una historia nada natural». Sucede ante nuestros ojos en tiempo real y no lo advertimos, pero somos los responsables de la trama. Es un verdadero y escalofriante reality show protagonizado, entre otros, por ranas, murciélagos, mastodontes, pingüinos, corales, un rinoceronte del zoo de la ciudad de Cincinati (EEUU), un pájaro del zoo de San Diego.

La acción comienza hace unos 200.000 años, con la aparición de una especie concentrada en una zona de África oriental. Son individuos pequeños y débiles pero, gracias a su ingenio, aprovechan de forma particularmente hábil los recursos: recogen plantas, cazan y pescan. Innovan, se adaptan, se reproducen. Pueblan regiones crecientes y se trasladan a través de ríos y montañas. Llegan a Europa. Los grandes animales que pueblan la tierra van sucumbiendo por su falta de adaptación y su necesidad de un aislamiento cada vez más difícil ante el contacto con estos recién llegados. Transcurren miles de años y nuestros protagonistas se han extendido por la Tierra. Se han asentado, talando bosques para crear las primeras poblaciones. Han inventado la agricultura. En su desplazamiento, han transportado organismos que alteran la biosfera. Pasan miles y miles de años, y llegamos a una historia mucho más cercana. En otra evidencia de su ingenio, los pobladores han aprendido a utilizar los recursos subterráneos de energía, cambiando con ello la composición de la atmósfera, alterando la delicada química del aire y el agua. Aquí empiezan a pasar otras cosas.

Elizabeth Kolbert cuenta en La sexta extinción “esas otras cosas”. La escritora estadounidense y periodista en The New Yorker especializada en ciencia explica con extremo detalle y claridad la complejidad de las hipótesis y fenómenos biológicos que sostienen la llamada sexta extinción en curso. La diferencia con las cinco anteriores es que la actual no está causada por un fenómeno imparable de la naturaleza, sino por la transformación ecológica derivada de la actividad humana. El libro es un ejercicio de periodismo científico que conjuga datos, teorías y compromiso total con la historia que se está contando. El resultado es poderoso gracias, en gran medida, a la excelente narración científica-literaria de Kolbert, que no pretende deprimirnos, sino informarnos, hacernos conscientes.

Ya el primer contacto de los hombres con las otras especies tuvo un resultado catastrófico. Pero el ritmo y la escala del impacto para animales, plantas y cualquier ser vivo se han acelerado de forma radical debido al aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera. Kolbert explica estos impactos en un crescendo narrativo perfectamente estructurado.

La primera parte del libro, editado en España por Crítica en la colección Drakontos, dirigida por el académico José Manuel Sánchez Ron, se ocupa de especies extinguidas en el pasado: el mastodonte americano, el alca gigante, el amonites, los dinosaurios. Kolbert ha estudiado a fondo los trabajos del naturalista francés del siglo XVIII Georges Cuvier, quien clasificó el reino animal a través de su morfología y advirtió sobre la evolución y la desaparición de las especies. El libro de Kolbert se hace más fascinante y aterrador en la segunda parte, situada en el presente, en el Amazonas, los Andes, la Gran Barrera de coral del Pacífico. Pero, como recuerda la autora, se pueden encontrar evidencias de la sexta extinción en marcha en cualquier rincón del planeta.

El libro de Kolbert es resultado de largos años de investigación, entrevistas, viajes y escritura. Lo sabemos porque ya en 2009, la autora publicó en Política Exterior un artículo que adelantaba parte del primer capítulo del libro. Nada mejor que sus palabras para entender de qué va esta historia:

«Cuando se produce una extinción masiva, la vida tarda millones de años en recuperarse y, cuando lo hace, por lo general tiene un nuevo reparto de personajes; tras el acontecimiento del Cretáceo tardío surgieron (o salieron sigilosamente) los mamíferos que sustituyeron a los dinosaurios desaparecidos. De esta forma, las extinciones masivas, aunque no constaran en la teoría de la evolución original, han desempeñado un papel decisivo a la hora de determinar el rumbo de la evolución; como ha dicho Richard Leakey, estos acontecimientos ‘reestructuran la biosfera’ y, de ese modo, ‘crean el modelo de vida’. Actualmente, la mayoría de los biólogos coinciden en que hay otra extinción masiva en marcha. Aunque es difícil establecer el número exacto de pérdidas, se calcula que, de continuar las actuales tendencias, para finales de este siglo habrán desaparecido nada menos que la mitad de las especies de la Tierra».

Kolbert cuenta, efectivamente, “una historia nada natural”. Una historia de la devastación humana.

Áurea Moltó, directora de politicaexterior.com. @aureamolto