Mi Tierra Prometida

El prestigioso periodista israelí Ari Shavit hace en Mi Tierra Prometida un impresionante recorrido por la breve historia de Israel. La obra, que ya se ha convertido en un libro de referencia, habla de asuntos sociales, políticos, históricos y económicos, pero también morales e incluso personales.

Durante los cinco años que se entregó a la escritura de su obra, Shavit afirma que se convirtió en un esposo y padre ausente, inmerso en las vivencias de decenas de personas que conforman la historia de Israel y sin las cuales la construcción del Estado no habría sido posible. Así, complementa el análisis de registros, diarios, memorias y artículos con numerosas entrevistas personales que hacen de cada capítulo de este libro un relato propio. Shavit también deja mucho de sí mismo. Ve Israel desde los ojos del nieto de un sionista pionero y del hijo de un científico que contribuyó a la construcción militar del Estado. Pero sobre todo desde los de un periodista y escritor izquierdista que sirvió como reservista en la franja de Gaza.

Mi Tierra Prometida es la historia de un Estado judío que emociona al autor, del que habla con pasión y convicción. Una historia de agricultores y ganaderos, líderes marxistas, mentes excepcionales y eternos campos de naranjos. Es la construcción de un sueño. Pero de un sueño que se ha llevado a cabo bajo la amenaza constante de la supervivencia del Estado, la incertidumbre y el miedo. Shavit afirma en una ocasión: “Desde que tengo memoria estaba presente el miedo». Siempre existe el miedo de que un día la vida se congele como en Pompeya –añade–. Mi amada tierra se desmoronará”. Shavit conoce las debilidades de Israel, las tensiones a las que está sometido, y su vergüenza: Palestina. Aunque el libro no trata el conflicto israelí-palestino, lo abarca de alguna manera pues Israel no es sin Palestina, y no puedes contar la historia del uno sin el otro.

De esta forma, Shavit nos sumerge en las luces y sombras de Israel, las expulsiones de Lod, los asentamientos, el programa nuclear y el auge de las drogas y el sexo en la noche de Tel Aviv.

En Mi Tierra Prometida, Shavit muestra el alma de personas que no son héroes ni villanos, sino tal vez un poco de las dos cosas. Idealistas, vengativos, ambiciosos y devotos, personajes radicales y vibrantes a los que el lector puede comprender y a los que Shavit también comprende. Por eso en ocasiones no sabes si Shavit es tolerante o es ambiguo. En cualquier caso, una obra imprescindible para los que no quieran conocer la historia y ya está, sino que quieran profundizar en las vidas de los que la hacen posible.