Autor: Luis Francisco Martínez Montes
Editorial: Ministerio de Asuntos Exteriores
Fecha: 2019
Páginas: 305
Lugar: Madrid

Una perspectiva global y plural del mundo hispánico

Ángela Bethencourt Linares
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La historia de cualquier nación puede incluir pasajes poco loables que, aunque no tienen una sólida justificación, no han de servir como única lectura de toda una civilización. Hacer esto último sería caer en los tópicos, poco amigos de la realidad al aproximarse a esta a través de los prejuicios.

El ensayo España, una historia global del diplomático y escritor Luis Francisco Martínez Montes hace, precisamente, un recorrido por la historia del mundo hispánico refutando los argumentos críticos y negativos del historiador británico Kenneth Clark sobre España desde una perspectiva hispánica o como el autor indica “desde un juego intelectualmente más elevado”. Clark evidenció que no era un hispanófilo nato cuando decidió mantener a España fuera del conjunto de naciones consideradas occidentales. Tampoco lo fue Hungtington, quien en su ensayo ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional estadounidense tacha a los hispanoamericanos de constituir una amenaza para la existencia anglo-parlante y los sitúa fuera de la tradición occidental. Niall Fergurson en su reciente obra Occidente y el Resto se suma a los  autores nord-atlánticos que no consideran ni a España ni al mundo hispánico como parte del eje de la historia moderna occidental incluyendo, únicamente, a Estados Unidos, Londres, París y Berlín.

Frente a estos argumentos de la literatura científica, Martínez Montes alza la voz a favor de las narraciones sobre la experiencia histórica de los pueblos hispanos que respondan a la razón histórica propia y no a visiones externas susceptibles de ser “interesadas”. De esta manera, el autor argumenta que el mundo hispánico es una realidad diversa y plural incluyente que gira alrededor de un único centro. Para remarcar este rasgo de pluralidad, hace alusión a las naciones europeas como Francia, Gran Bretaña o los Países Bajos que durante la expansión de sus imperios ultramarinos desarrollaron áreas culturales considerando a las colonias como algo ajeno a su esencia metropolitana. “El papel de España en la historia de la civilización ha sido en cierto modo el de un punto de encuentro y el de una plataforma de lanzamiento de pueblos y culturas , pero no solo de una forma pasiva, sino excesivamente creativa… esa capacidad para absorber, no solo intelectualmente, sino vital y creativamente, nuevos elementos en su propio ser”.

España, una historia global es un valioso ejercicio de análisis que viaja por la historia del país desde los siglos III a.C. y V d.C., cuando la mayoría de los pueblos hispánicos pertenecían al Imperio Romano; pasando por la invasión de los visigodos de la provincia romana de Hispania durante los s. V- s. VIII. Ahora bien, el libro presta especial atención a periodos posteriores como los siete siglos de la conquista islámica, de la Hispania de la Tres Culturas y de la reconquista; pero concede aún una mayor importancia a la Era de los Descubrimientos y a la edad de oro española de la Edad Moderna, por representar el apogeo de la expansión hispánica, “un movimiento centrífugo que se dejó sentir en partes del mundo que nunca habían tenido contacto entre sí”.

Sin embargo, el autor no se limita a hacer un mero ejercicio de análisis, sino también de reflexión. Concluye así que se ha de impulsar el “renacer” del mundo hispánico, algo que considera un reto para las nuevas generaciones de hispanos cualquiera que sea su nacionalidad. Un renacer que el autor concibe no como una estrategia ambiciosa para recuperar pasadas hegemonías, sino más bien para no caer en ellas. En esta línea, Martínez Montes hace hincapié en “recuperar, estudiar, y revivir nuestra historia en toda su plenitud y en todas sus dimensiones (…) para aprender del mismo a situar ese conocimiento en el cauce siempre creciente y cambiante de nuestra experiencia humana común de forma que otros puedan beneficiarse de él”.

En definitiva, este libro aquí reseñado, cuando menos, consigue su objetivo de aportar una perspectiva global y plural sobre el mundo hispánico en aras de conservar rigurosamente los orígenes y desarrollo de la historia española. Se trata de una reflexión que puede resultar bastante apropiada en unos tiempos en los que el ascenso histórico de nuestra civilización iniciado hace cinco siglos se debilita en favor de nuevas fuerzas mundiales provenientes de Oriente como el Islam, o potencias emergentes como el gigante asiático chino. Ni que decir tiene, que España, una historia global es de gran utilidad para poner a prueba y reforzar nuestro conocimiento sobre la historia de la hispanidad.