POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 192

Cambios estructurales: el reto europeo

En vez de recetas keynesianas, hay que adoptar un horizonte a más largo plazo y obrar en consonancia con los saberes que proporciona la teoría endógena del crecimiento.
Juergen B. Donges
 | 

Hoy la economía europea no solo se encuentra en desaceleración y expuesta a diversos shocks negativos desde el exterior, sobre todo los relacionados con el Brexit y la guerra comercial y cambiaria entre Estados Unidos y China, sino que tiene además que afrontar cambios estructurales debido a la revolución digital. Sabemos por experiencia que todo crecimiento económico lleva aparejado cambios más o menos acusados del sistema productivo y de la estructura ocupacional. Esta vinculación se pone de manifiesto en numerosos estudios, a partir de los trabajos en los años cincuenta del siglo XX del profesor Simon Kuznets, de la Universidad de Harvard, por los que fue galardonado en 1971 con el premio Nobel de Economía. Los cambios estructurales que Europa necesita acometer se deben, por el lado de la producción, al progreso tecnológico y, por el de la demanda, a las variaciones de las elasticidades-renta en la medida en que aumenten los niveles de bienestar sociales. Dichos factores interactúan con el comercio exterior y la competencia globalizada, cuyos efectos sobre la producción y el empleo se acusan tanto en el mercado doméstico (vía importaciones, no solo chinas) como en terceros mercados (vía exportaciones, no solo hacia países emergentes).

Ahora y en el futuro, no se producirán solo unos cuantos cambios. Cambiará todo. El carácter transversal de la tecnología digital transformará de pies a cabeza los patrones de comportamiento y de actividad conocidos en la economía y la sociedad. En el sector empresarial cambiará la fabricación industrial, la prestación de servicios, la organización de las empresas, las formas de trabajar y los métodos para comunicar con el cliente. El sector del transporte dará paso a los trenes de velocidad, casi como la del sonido, al coche eléctrico o de hidrógeno y al automóvil sin conductor. En la sanidad nos encontraremos con…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO