POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 42

Carta a los lectores: Europa fracasa en Bosnia

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Alo largo del mes de noviembre, las contradicciones europeas han desembocado en la peor de las situaciones posibles para Bosnia. Un programa de genocidio minuciosamente planificado llega a su término en medio de la incapacidad de los gobiernos occidentales. Al fracaso se suman los equívocos ejercicios de la negociación dirigida por el británico David Owen: las últimas propuestas de paz han servido para atizar y prolongar la guerra.

A juzgar por los síntomas disponibles en la Unión Europea, son cada vez más amplios los sentimientos de rechazo por la política de los doce gobiernos de la UE en la antigua Yugoslavia. De la general sensación de parálisis sólo trata de liberarse Alemania, al sumarse a la posición de Estados Unidos y pedir el levantamiento del embargo de armas a Bosnia. Mientras las gentes mueren, no ya en la guerra, sino en la iniquidad de la limpieza étnica, la gesticulación de los gobiernos occidentales y sus ficticios debates erosionan poco a poco la unidad de la OTAN. Rusia de un lado, los países árabes de otro han tomado la medida en Bosnia a la alianza occidental: saben hasta dónde pueden ser burlados sus advertencias y compromisos. La división entre Estados Unidos y los aliados europeos es más profunda que en la última gran crisis, desencadenada en Suez. Ahora, 38 años después, las elecciones del segundo martes de noviembre, nos sitúan ante una presidencia norteamericana debilitada, con sus márgenes de maniobra reducidos al mínimo.

Tampoco podemos esperar una inmediata reacción en Europa. La Unión Europea necesitará tiempo y serenidad para abordar su reforma institucional. Cada día se hace más visible la necesidad de contar con unos mecanismos de decisión que le permitan avanzar hacia una cohesión mayor y un principio de política de seguridad común. En Gran Bretaña, el gobierno conservador ha…

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