POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 129

Crisis financiera: la perspectiva de los países en desarrollo

Reducción de los flujos de capitales y de las remesas, caída de los precios de las materias primas, posibles medidas proteccionistas, depreciación de las monedas y el recorte de la ayuda al desarrollo son los impactos directos e indirectos de la crisis en los países más pobres.
Antonio Martuscelli
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El mundo se encuentra ante una de las crisis financieras y económicas más profundas desde la gran depresión de los años treinta. Importantes bancos e instituciones financieras se han visto golpeados por pérdidas enormes y han necesitado la intervención de los gobiernos y de los bancos centrales a fin de evitar el colapso del sistema financiero internacional. Al mismo tiempo, la economía mundial está pasando por una recesión cuya verdadera entidad está aún por aclararse.

Hay un gran debate sobre cómo reaccionar en términos de respuestas políticas inmediatas y en cómo reestructurar el sistema financiero en el medio y largo plazo para evitar que se repitan los mismos escenarios en el futuro. Nos enfrentamos también con la medición del impacto de la crisis sobre la economía real, el empleo y las perspectivas de crecimiento en los años futuros.

Menos atención ha recibido el impacto que la crisis está teniendo y tendrá sobre los países en desarrollo, la parte más vulnerable de la población mundial. El hecho de que la crisis se haya originado en los países desarrollados parece haber reducido la atención en la transmisión de la crisis a los más atrasados.

La crisis ha golpeado al sistema financiero y se ha trasladado rápidamente a la industria y a la economía real, con aumento del desempleo y el cierre de numerosas empresas. El sistema financiero aún no ha vuelto a funcionar y los bancos siguen sin prestarse dinero entre ellos y sin conceder préstamos a las familias y a las empresas. La crisis en un mundo fuertemente globalizado tiene ya un alcance mundial. No hay países que no estén afectados. El colapso del  sistema financiero, los cambios en la dirección de los flujos de capitales, la caída en la demanda y las pérdidas de puestos de trabajo en los países…

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