POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 145

¿Cuál es el precio de China para salvar el euro?

François Godement
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La UE necesita capital externo para romper el círculo vicioso de austeridad pública y recesión económica. Las miradas están en China. Los europeos tienen aún la posibilidad de decidir el modo en que podría prestarse esta ayuda y cuál sería el precio de la dependencia.

China se ha revelado como un posible contribuyente para resolver la crisis del euro. En el Consejo Europeo del 24 de octubre, se decidió recurrir a este país y a otros emergentes para ampliar los recursos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Su jefe, Klaus Regling, hizo una ronda de visitas a los posibles prestamistas y está informando de ello a los ministros de Economía de la zona euro. Pero la iniciativa ha hecho surgir dos debates opuestos: ¿necesitamos a China, y a qué precio para la independencia de Europa? Si la necesitamos, ¿estamos ofreciendo las condiciones adecuadas tanto a Pekín como a otros prestamistas externos?

 

¿Hasta qué punto Europa necesita a China?

Que Europa necesite o no a China u otros prestamistas depende del alcance de la propia unidad política de los europeos. Su considerable riqueza privada y una relación entre deuda pública y PIB por debajo de la de Estados Unidos, por no mencionar Japón, suponen que la Unión Europea debería ser capaz de cuidar de sí misma. Pero los mercados no solo se fijan en las reservas sino también en los movimientos; y el déficit, el crecimiento y los actuales índices contables señalan hacia abajo. A la falta de un proceso claro de toma de decisiones y de cohesión política, se suma el pesimismo actual. De todas las regiones económicas integradas del mundo, la UE es la más abierta a los bienes, las inversiones y la inmigración. Europa necesita capital externo para romper el círculo vicioso de austeridad pública y…

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