POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 27

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El futuro del comunismo chino

Muchos analistas afirman estar convencidos de que el fin del comunismo chino está llamado a extinguirse, sin embargo, en los últimos tres años la República Popular ha logrado una gran estabilidad y prosperidad económica.
Enrique Fanjul
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Una vez consumada la crisis y desaparición de los regímenes comunistas de Europa del Este, una de las grandes cuestiones que se plantean en la política internacional es el futuro del comunismo chino.

No son pocos los que, especialmente después de los sucesos de la “primavera de Pekín” de 1989, han vaticinado que el régimen comunista chino está también abocado a una profunda crisis, de la cual fueron un avance las manifestaciones y convulsiones que desembocaron en los violentos incidentes de principios de junio de 1989.

Sin embargo, la evolución de la República Popular China en los últimos tres años ha estado marcada por una estabilidad que resulta sorprendente a la luz de los pronósticos que a partir de los incidentes de Tiananmen empezaron a realizarse. La economía china marcha razonablemente bien, se han saneado los principales desequilibrios de inflación y balanza de pagos, se han mantenido tasas de crecimiento inferiores a las de la década de los años ochenta pero en cualquier caso apreciables, mientras las perspectivas de crecimiento durante la presente década son consideradas por organismos internacionales y observadores diversos como claramente positivas.

Por otro lado, la política de reforma ha recibido en los últimos meses un renovado impulso, simbolizado en el viaje que a principios de este año realizó Deng Xiaoping, el líder supremo de China –a pesar de que no ostente ningún cargo oficial que formalice este liderazgo– al sur del país, y en concreto a la provincia de Cantón, que tradicionalmente ha estado a la vanguardia de la política de reforma.

En artículos, reuniones de alto nivel del Partido Comunista, declaraciones de dirigentes, se están formulando encendidas defensas de la política de reforma y de los aspectos “buenos” que tiene el capitalismo, animando a ser más audaces en los experimentos económicos.

El nuevo impulso reformista…

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