POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 3

El GEIP y la cooperación transatlántica en materia de armamentos

Eduardo Serra
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Hace poco más de un mes, el general Vernon Walters, embajador extraordinario de los Estados Unidos de América, declaraba a un periódico español: “… En Estados Unidos, una parte de la opinión pública se pregunta por qué 280 millones de europeos necesitan de la ayuda de 250 millones de americanos para protegerse de 280 millones de rusos”, y concluía el general Walters: “… Yo creo que una defensa total- mente europea podría ser creíble. Pero una defensa occidental total es mu- cho más creíble… De ahí la importancia de mantener posiciones que garanticen la defensa de todos con un cierto sacrificio por parte de cada cual…”

Entre la primera afirmación del general Walters y su conclusión final está la implementación de un sistema que garantice la supervivencia y el desarrollo de un mundo occidental libre y democrático, lo que exige una colaboración amplia entre los pilares europeo y americano de la Alianza Atlántica, fruto de la mutua confianza y comprensión, basada en el reconocimiento de tener grandes intereses comunes a largo plazo, a los que es preciso subordinar los intereses particulares de corto alcance.

La implementación de tal sistema en un mundo complejo y en rápida evolución, con múltiples centros de poder e intereses particulares encontrados, es tan difícil como necesaria. Mi intención en este trabajo es comentar los factores del problema, los principios en que debe fundarse toda solución que pretenda ser estable y duradera, y la capacidad del Grupo Europeo In- dependiente de Programas (GEIP) para contribuir de forma importante a tal solución.

 

Evolución

Después de la segunda guerra mundial no había una Europa unida. Estábamos ante una Europa dividida horizontalmente por dos concepciones diferentes de la política y el Estado, y verticalmente por la distribución de la riqueza, la industria y la tecnología.

La Europa libre…

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