POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 136

‘El rapto de Europa’: la crisis desde Alemania

Ulrike Guérot
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¿Está renegando Alemania del proyecto europeo? La dureza de la crisis ha destapado las frustraciones alemanas con sus vecinos del sur y su cansancio por liderar la UE en solitario. En beneficio de todos, ha llegado la hora de crear una ‘solidaridad limitada’.

Europa –o al menos su proyecto político– fue raptada en mayo y no está claro quién es el secuestrador o si será detenido y castigado. Algunos incluso aseguran que el proyecto político de Europa ya está muerto. Una Europa reducida tendrá un precio, pero dicho precio no está claro todavía. La erosión europea se produce lentamente, tan lentamente que apenas se percibe. Pero hay algo en el talante de los políticos y los ciudadanos que está cambiando en toda la Unión Europea. La fiesta europea se ha terminado; ahora, Europa va a costar mucho dinero. Esto cambia las reglas del juego, desde España hasta Estonia.

La Europa de después del 8 de mayo no es la misma de antes. Sometida a una presión extrema, ese día la UE organizó la mayor operación de rescate del euro de la historia reciente y aprobó un paraguas de 750.000 millones de euros a fin de apaciguar a los mercados financieros. La solidaridad fue chantajeada y surgieron malos sentimientos. Los dirigentes europeos no gritaron victoria. La mayoría tenía en sus caras expresiones que indicaban que acababan de hacer algo que esencialmente no querían hacer: mostrar su solidaridad con Grecia y más allá. En cierto sentido, parecía un matrimonio sin la aprobación de la novia. Como si los dirigentes europeos se diesen cuenta por primera vez de que tenían que permanecer unidos a cualquier precio, y que no hay escapatoria.

Existen dudas sobre si algún país europeo, especialmente Alemania, será capaz de tomar la iniciativa en cuanto a las políticas audaces que…

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