POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 15

En este número

Política Exterior
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África retrocede hacia la pobreza y la enfermedad. Con estas palabras empieza el artículo del norteamericano Chester A. Nagle, director del Centro de Investigaciones sobre el SIDA, que publicamos en este número. La atención del mundo occidental con sus créditos, sus sistemas de organización y su apoyo tecnológico, se ha concentrado en el Este de Europa. Esa desviación de recursos intelectuales y materiales puede provocar desequilibrios graves, incluso situaciones insostenibles. Estados Unidos, Japón y la Comunidad Europea deben medir los peligros que implica el abandono de África a su suerte, el olvido de Iberoamérica. Fernando Morán y Mark Falkoff abordan desde ángulos distintos el mismo problema: el diplomático español habla del nuevo orden del Magreb; el escritor norteamericano traza un cuadro pesimista sobre el futuro de la relación entre las veinte Repúblicas americanas y Estados Unidos. Washington no mantendrá en adelante, según Falkoff, una “política latinoamericana” ni un gran proyecto destinado al sur del hemisferio. Habrá tan sólo, escribe el autor, una serie de acuerdos limitados, caso por caso.

África y América del Sur han descendido durante los últimos cinco años en sus niveles de renta individual. Sus problemas no pueden desconocerse desde una nación europea separada del continente africano por un estrecho de quince kilómetros, vinculada a América por unos deberes históricos que España no debe incumplir. Las previsiones del Banco Mundial para 1990 atribuyen al corto del África subsahariana un crecimiento de 2,4 por 100 en su PIB frente a la previsión del 5,4 por 100 para el corto de Asia continental. El crecimiento de la región que el Banco denomina Latinoamérica-Caribe quedará en 1990 en el 2,3 por 100. Tanto en el caso de África subsahariana como en el de Iberoamérica nos encontramos con una tasa de crecimiento demográfico que fuerza, con tan bajo índice de crecimiento…

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