POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 10

Estrategia para la reducción de la deuda

Roger C. Lawrence
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Hace unos cuatro años advertimos los de 1a UNCTAD que la crisis de la deuda, tras haberse manifestado inicialmente como fenómeno puramente financiero y luego como una crisis del desarrollo, había de pasar a una tercera y aún más aguda fase que plantearía conflictos sociales y alteraciones políticas que harían de ella un tema “de preocupación en las fábricas y en la calle”1. De igual forma, en una entrevista que concedió en 1984 el doctor Fritz Leutwiler, presidente entonces del Banco Nacional Suizo y del Bank for International Settlements, preveía que las crecientes dificultades sociales y políticas de los países deudores podían ser explosivas. En sus propias palabras: “Puede estallar una bomba muy distinta, una bomba política o social. Estallará cuando esos países tengan que mantener una política de austeridad durante un tiempo demasiado largo para pagar nada más que los intereses de su deuda. Esa es una bomba con una espoleta de tiempo ya montada. Es más peligrosa que el exceso de riesgo en un gran Banco”2.

Al entrar la crisis de la deuda en su octavo año; sin haberse acercado en nada a una solución, las circunstancias, previstas por la UNCTAD y el doctor Leutwiler se aproximan con rapidez en algunos países puede que ya se hayan alcanzado. Existe preocupación en ciertos ámbitos sobre si las sociedades sometidas a la continua tensión que experimentan determinados países deudores serán gobernables dentro de un marco democrático.

Hasta ahora, la estrategia empleada ha conseguido evitar el colapso financiera y ha permitido a los Bancos comerciales mejorar su posición financiera en relación con los deudores: Pero desde el punto de vista de los países deudores de Latinoamérica, la estrategia ha fracasado. En términos económicos, las manifestaciones principales de este fracaso son las siguientes:

– La proporción entre los…

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