POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 12

Hungría y el desarme europeo. Continuidad y renovación

Tibor Tóth
 | 

La concepción de Hungría sobre la seguridad europea se caracteriza por la consecuencia y la continuidad. Hungría es un pequeño país centroeuropeo que ha sufrido las difíciles pruebas de su pasado milenario. La nación se encuentra en el punto de intersección de las relaciones de intereses geoestratégicos, políticos y económicos de Europa: sólo puede sostener su existencia nacional autónoma en una situación en la que prevalezcan el diálogo, la cooperación y la paz. Naturalmente, no puede suponerse que esta línea, que puede observarse también a lo largo de la política húngara de desarme, se haga valer sin variaciones en su contenido e independientemente del entorno de seguridad y de los procesos de desarme. La política húngara de desarme trata de preservar su validez, combinando la continuidad del enfoque con la constante renovación de su propia postura, que se va ajustando a los cambios y a los nuevos desafíos.

En los últimos dos decenios la línea de la política húngara de desarme se basó siempre en la imagen de seguridad que obteníamos de nuestro medio más inmediato y también del entorno un poco más amplio. Nació y se alimentó de la orientación general de nuestra política exterior. Sus principios rectores han resultado durables, pese a que no en todos los períodos fue tarea fácil representarlos de manera consecuente.

Los principios que proclamamos sobre la seguridad y la cooperación europeas integran una larga cadena homogénea, trátese del Llamamiento de Budapest de 1969, registrado como apertura del proceso de distensión, o trátese, si se quiere, de las declaraciones formuladas por Hungría a mediados de los años 70 o en la segunda mitad de los años 80. Los postulados que la política exterior húngara viene planteando hace dos decenios, como principios básicos, sobre la indivisibilidad de la seguridad, la igual responsabilidad de los países…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO