POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 120

Asuntos Exteriores: ¿Cómo informar y responder?

Domingo de Silos Manso, Ramón Gandarias
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Dos diplomáticos españoles, uno en excedencia y otro en activo, escriben sobre la necesidad –o no necesidad– de un portavoz de Asuntos Exteriores. La tarea del director general de Comunicación Exterior no cubre hoy, a juicio de uno de los autores, esa función.

El ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación cuenta, desde hace años, con una unidad, a nivel de dirección general, cuya misión es informar y enlazar con los medios de comunicación: se trata de la que en su día se denominó Oficina de Información Diplomática (OID) y que desde el inicio de esta legislatura se llama dirección general de Comunicación Exterior. Su misión –su nombre lo dice– es facilitar la comunicación del ministerio con los medios, con la sociedad española. El director general de esa unidad es el portavoz del ministerio.

Es un hecho el creciente grado de internacionalización de nuestro país, internacionalización que tiene mucho camino por delante. Cada vez nos afectarán más decisiones tomadas fuera de España, y decisiones tomadas aquí se pondrán en práctica más allá de nuestras fronteras; viajaremos más al extranjero, recibiremos más inmigrantes, por no hablar de la cooperación, las relaciones culturales y económicas, la presencia de nuestras fuerzas armadas en misiones en el extranjero, etcétera. La lista sería muy larga. Un botón de muestra: el aeropuerto de Barajas camina hacia los 50 millones de pasajeros al año, es el cuarto de Europa y está entre los 10 primeros del mundo.

Esta creciente internacionalización confiere un papel cada vez más relevante al ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Reto que el ministerio debe aceptar, y estoy seguro sabrá llevar a cabo. Hacia el ministerio se dirigen las miradas de los medios de comunicación, de los españoles, para conocer, seguir, evaluar nuestra situación en el mundo. Miradas ansiosas cuando se produce…

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