POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 180

El presidente chino, Xi Jinping (en el centro), junto a sus antecesores Hu Jintao (izquierda) y Jian Zeming (derecha) en la apertura del XIX Congreso del Partido Comunista Chino (Pekín, 18 de octubre de 2017). GETTY

La Paz de Eastfalia

Entender las percepciones, intenciones y estrategias de China es hoy una clave central de las relaciones internacionales. Pekín busca el estatus que cree le corresponde y trata de reconfigurar a su favor el entorno global.
Fernando Delage
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En agosto de 2047, un año antes del IV centenario de la Paz de Westfalia y 60 años después de la publicación del primer número de Política Exterior, las autoridades chinas convocaron una cumbre de las grandes potencias en la que se pactaron las bases de un nuevo orden internacional. El Congreso de Pekín certificó la sustitución del eje euroatlántico por Eurasia como principal polo de poder global, con China en el centro. Como en Viena en 1815, se configuró un nuevo concierto, pero esta vez en forma de un equilibrio entre distintos sistemas regionales. Y, al contrario que en Münster-Osnabrück, Viena, Versalles o Yalta-Potsdam, no fue resultado de un conflicto hegemónico, sino de una notable redistribución de poder económico y diplomático.

¿Ciencia ficción? ¿Es así como los historiadores describirán el sistema internacional de mediados de siglo? Resulta imposible saberlo. Pero diversas variables apuntan a un mundo muy distinto del dominado por Occidente los últimos 200 años.

Con 5.000 millones de habitantes frente a los 2.000 que sumarán Europa y el continente americano, Asia representará por entonces más de la mitad del PIB mundial, y China por sí sola el 20%. Cuatro de las cinco mayores economías serán asiáticas, mientras que no habrá ninguna europea entre las 10 primeras del mundo. Estados Unidos, en el tercer lugar del ranking, mantendrá un notable liderazgo científico, tecnológico y cultural, pero la posibilidad de una crisis fiscal en los próximos 20-25 años frenará el desarrollo de sus capacidades militares, al tiempo que el dólar tendrá que compartir su papel de moneda de referencia con el renminbi y el euro. Pese a la relevancia de estos hechos, no se es aún consciente, sin embargo, de sus implicaciones. Sirva como ejemplo lo que cuenta el profesor de la Universidad de Harvard Graham Allison en su…

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