POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 173

El líder norcoreano, Kim Jong-un, rodeado de militares, supervisa el test de lanzamiento de un misil Hwasong-10 de medio y largo alcance en un centro militar sin identificar (foto sin fechar publicada el 23 de junio de 2016 por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte). GETTY

La penúltima provocación de Corea del Norte

Pese a la dificultad de separar realidad y propaganda, Corea del Norte está volcada en su programa nuclear. Con 20 bombas nucleares y casi 1.000 misiles balísticos de diverso alcance, Pyongyang supone una amenaza real que la comunidad internacional no ha sabido contener.
Belén Lara
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Corea del Norte es el único país que ha realizado ensayos nucleares en este siglo, violando de facto la actual moratoria internacional sobre pruebas nucleares, y lo ha hecho en cuatro ocasiones: 2006, 2009, 2013 y 2016. Haciendo caso omiso de las reprobaciones y de las sanciones, el gobierno coreano ha anunciado que próximamente realizará otro ensayo nuclear y que seguirá probando y desarrollando sus misiles.

Aunque no se sabe con certeza, se estima que detonaron plutonio en los dos primeros ensayos y uranio altamente enriquecido en los dos últimos, pero al no lograr detectar isótopos radiactivos, no se ha podido determinar la naturaleza del material utilizado. Que hayan conseguido enriquecer uranio al nivel necesario implica un logro tecnológico importante, porque el proceso de convertir ese mineral en un material apto para una bomba es muy complejo. También implica más dificultades para la supervisión y más peligro de proliferación, porque las centrifugadoras necesarias son mucho más pequeñas y por ende más fáciles de ocultar.

Tras realizar la última prueba nuclear, Pyongyang aseguró que, por primera vez, habían detonado una bomba de hidrógeno, algo que fue interpretado como una provocación y un desafío, y que concitó el rechazo de toda la comunidad internacional, incluida China, tradicional aliada de Corea del Norte. Tal afirmación fue acogida con escepticismo debido a que el Servicio Internacional de Monitorización –cuyas estaciones de observación repartidas por todo el planeta rastrean indicios de pruebas atómicas para evitar que los países desarrollen armas nucleares o modernicen en secreto las que poseen– detectó en esa fecha un movimiento sísmico en la zona donde se habían llevado a cabo los anteriores ensayos nucleares, en las instalaciones de Yongbyon, pero la magnitud del terremoto provocado –la que denota la potencia de cada explosión– fue similar al detectado tras la prueba de…

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